Entrevistamos a Haritz Arrizabalaga, investigador del área de túnidos de AZTI, sobre la situación del bonito durante la costera de verano de 2014.
¿Cómo trascurre en estos momentos la campaña de bonito del 2014?
Desafortunadamente no está siendo buena, sobre todo debido a que el bonito no ha entrado al golfo de Bizkaia y se encuentra en aguas alejadas de nuestros puertos, por el sur de Irlanda y aguas Atlánticas.
Después de un inicio prometedor por parte de la flota de anzuelo los de cebo vivo están obteniendo malas capturas…
En efecto, a pesar de desplazarse hasta los caladeros lejanos, con un considerable aumento del gasto en gasoil, las capturas no están siendo buenas. Esperemos que en lo que queda de costera el bonito entre el golfo y las capturas aumenten.
Se habla incluso que el bonito ha cambiado su conducta migratoria y ahora ha subido hacia Irlanda y Atlántico sin tiempo de acercarse a nuestra costa.
En efecto, este año, en lo que llevamos de costera, ha subido hacia Irlanda sin entrar al golfo de Bizkaia. Esto supone un cambio con respecto a que ocurre en un año normal, pues lo normal es que se distribuya tanto dentro como fuera del golfo de Bizkaia.
No obstante, no es el primer año que se observa este comportamiento y, por tanto, no se puede hablar de cambio definitivo. Pero sí parece que en los últimos años observamos con más frecuencia el hecho de que el bonito suba al norte sin entrar al golfo de Bizkaia.
¿Cuáles han podido ser las causas de este cambio en la conducta migratoria del bonito? Cuestiones oceanográficas, biológicas.
Por una parte, en julio la temperatura era unos 2ºC mayor a la habitual. El bonito tiene unas preferencias térmicas, de manera que en años cálidos se distribuiría más al norte que en años fríos. Por tanto, las temperaturas de julio han podido influir, pero en agosto las anomalías de temperatura se han situado por debajo de 1ºC, y dentro del golfo de Bizkaia hoy por hoy hay temperaturas óptimas para el atún blanco.
Esto sugiere que la temperatura no lo explica todo, y puede haber otras variables afectando, como la distribución de la comida del bonito. Al fin y al cabo, vienen a nuestras aguas a alimentarse para crecer. Entonces es posible que si donde están ahora encuentran alimento, se queden allí. No obstante, también es posible que si durante el mes de septiembre prolifera la txitxina (anchoa pequeña) en el golfo de Bizkaia, también aumente la presencia del bonito, ya que la txitxina es un bocado predilecto.
También se ha hablado de la presencia de grandes barcos europeos que emplean redes de arrastre pelágico que han ahuyentado al bonito. ¿Es cierto?
En efecto, el arte principal para pescar bonito en Francia e Irlanda es el arrastre pelágico y no tiene nada que ver con los artes tradicionales de cacea y cebo vivo que se usan en Euskadi. La pesca con anzuelo es mucho más respetuosa y sólo es posible en la medida en que el bonito tenga ganas de comer. Así, por ejemplo, es imposible pescar un banco entero de bonito con anzuelo, siempre queda algo en el mar. Eso que queda en el mar, se puede pescar otro día, porque no está “asustado”.
El arrastre pelágico es mucho más invasivo, no depende de si el bonito quiere comer o no, y simplemente una vez localizado el banco, lo mete en la red. De esta manera, incluso los bonitos que han logrado evadir la red, quedan “espantados” y es más difícil pescarlos al día siguiente. De alguna manera, obliga a buscar continuamente nuevos bancos de atún que estén “sin tocar”. Estas diferencias entre los artes de pesca dificultan su convivencia en los mismos caladeros.
En base a las investigaciones de ICCAT cómo se encuentra la situación biológica del bonito. Se aprobó una amplia cuota para largo tiempo que no prevé encontrarse en los límites de precaución que obligasen a adoptar planes de regulación.
Según la última evaluación de ICCAT que hicimos en AZTI en 2013, la mortalidad por pesca del bonito está bajo control. Es decir, es una mortalidad baja, lo cual permite que la biomasa se recupere sin necesidad de restricciones adicionales.
Con el TAC actual (28.000t para todo el Atlántico norte), la recuperación total del stock a niveles que permitan un rendimiento máximo sostenible está prevista en pocos años.
Además, en los últimos años se está pescando por debajo del TAC, con lo que la recuperación se acelera.
¿Han podido ser las altas temperaturas de la mar la causa del cambio de conducta migratoria del bonito?
Como he dicho, el bonito se distribuye un poco más al norte en años cálidos. Por eso nos preocupa cómo puede afectar el cambio climático que sufre el planeta en la distribución del bonito, y las consecuencias para los arrantzales.
Con el cambio climático se prevé un calentamiento del océano, y por tanto se podría esperar una paulatina migración hacia el norte del bonito, o un aumento de la frecuencia de años anómalos en los que el bonito no entra al golfo.
Por otra parte, la velocidad del cambio climático es relativamente lenta, y la respuesta del océano es compleja. La temperatura no lo explica todo y será importante estudiar cómo se comportan otras variables físicas y biológicas.