Natalia Montero, estudiante de doctorado en AZTI-Tecnalia, se llevó una sorpresa el pasado día 7 de mayo, cuando fue a comprobar el estado de su experimento con ostras y dispositivos de muestreo pasivo (unos discos que acumulan metales contaminantes en su interior).
Cada diez días aproximadamente, Natalia debe cambiar los muestreadores pasivos por unos nuevos dispositivos, con el fin de que las medidas de metales sean lo más representativas posible y que no se vean afectadas por el biofouling (colonización de seres vivos sobre estructuras artificiales). Las nasas que contenían las ostras y que estaban sujetas mediante unos cabos, habían sido cortados con una navaja.
Natalia estudia la acumulación de metales en diversos organismos marinos. Como parte de su tesis doctoral, realiza experimentos con ostras y muestreadores pasivos en colaboración con la Universidad de Burdeos.El proyecto consiste en comprobar la validez de estas dos técnicas: acumulación en seres vivos (ostras) y en dispositivos pasivos (que no metabolizan los metales), para la evaluación de la calidad del agua, en concreto la contaminación por metales.Para ello, se llevan a cabo muestreos simultáneos en dos estuarios, el estuario de la Gironde en Francia y el estuario del Oiartzun y se compara el grado de acumulación en dos estuarios diferentes. Es decir, que la interrupción forzosa de su experimento también tiene consecuencias en la parte francesa.
Ahora tiene que empezar de nuevo, y lo peor es que no es la primera vez que le sucede esto: según nos cuenta, tanto a ella como a otros investigadores les ha desaparecido el experimento en varias ocasiones, incluso aunque intenten que pase desapercibido.
Desde Itsasnet pedimos por favor que se respete el trabajo de los investigadores. Ya es bastante difícil sacar adelante un experimento sin necesidad de boicoteos.