Las variaciones naturales en las corrientes oceánicas provocaron cambios en la abundancia de las poblaciones de peces también en el pasado. El Atlántico norte se calentó durante la década de los 20 y 30 del pasado siglo. Apareció más pescado, tanto en el mar de Barents situado entre el casquete polar ártico y el norte de Noruega-Rusia, como en las costas de Islandia y Groenlandia. Este periodo cálido alcanzó el pico a finales de los años 30 y duró hasta aproximadamente 1960, cuando las aguas empezaron a enfriarse de nuevo y los recursos pesqueros declinaron. En años recientes, el Atlántico norte ha experimentado un nuevo periodo de calentamiento y los pescadores están viendo más pescado de nuevo.
Aguas cálidas entonces y ahora
Ken Drinkwater es investigador en el instituto IMR y el Bjerknes Centre for Climate Research, en Bergen (Noruega). Él y sus colegas han estado estudiando las causas de esta tendencia al calentamiento de los últimos años y están encontrando muchas respuestas indagando en la literatura que describe las condiciones de hace 80-90 años. El Dr Drinkwater rechaza la explicación comúnmente aceptada de que el mar de Barents se está calentando porque la atmósfera de las regiones polares se ha calentado.
“Este calentamiento se debe principalmente a las corrientes: una mayor cantidad de agua atlántica está fluyendo hacia el mar de Barents” afirma Dr Drinkwater.
Esto es lo que ocurrió en la primera mitad del siglo XX. Aunque entonces había mayores fluctuaciones de temperatura entre años, el Atlántico norte en su conjunto era más templado de lo normal hasta bien entrados los 60.
“Mucha gente registró lo que estaban observando en el mar hace 90 años. Si podemos determinar lo que ocurrió durante ese periodo cálido podremos entender mejor lo que pasa hoy y además tendremos más información sobre lo que podemos esperar en el futuro”
Más pescado y más grande cuanto más al norte
El periodo cálido sucedido entre las guerras mundiales provocó algunos cambios sustanciales en el ecosistema. En el mar de Barents y en las costas de Islandia y Groenlandia, las capturas de bacalao alcanzaron cotas de record.
“En los años 1920s y 1930s, el bacalao ártico-noruego se desplazó al norte. Los pescadores capturaban bacalao de un tamaño 50% más grande que en décadas previas”
El bacalao ártico-noruego no fue la única especie afectada por las aguas más cálidas de ese periodo. El capelán y el bacalao ártico también se localizaron más al norte. El eglefino se movió hacia Novaya Zemlya en la cercana Rusia. En los años 30, el arenque noruego se había desplazado tan al este que emergió una pesquería rusa en la costa de Murmansk. El arenque era más abundante que nunca en el mar de Noruega. En las costas de Groenlandia, el bacalao se capturaba a 1.200 km al norte de sus caladeros habituales. El arenque islándico floreció y continuó hasta finales de los 60, cuando el stock colapsó.
Más plancton beneficia a la cadena alimentaria al completo
Para explicar cómo un mar más cálido podría producir tanto pescado más en el Atlántico norte y hasta el Ártico, los científicos apuntan al efecto “bottom-up” (de abajo hacia arriba): un mar más cálido produce más fitoplancton, el cual puede alimentar a más zooplancton, lo cual provee de más alimento al arenque y capelán, los cuales a su vez sirven de comida para el bacalao y otros peces de mayor tamaño. La literatura científica confirma que la reproducción del bacalao es mayor en años de aguas más cálidas y más bajas cuando las aguas son frías.
Zonas de puesta al norte de Noruega
Desde 2003, se ha observado que el bacalao ártico-noruego está reproduciéndose de nuevo a lo largo de la costa de Finnmark, el condado noruego más al norte. Esto no se había visto desde principios de los 60. Además, recientemente ha habido un aumento de las capturas en el mar de Barents, alcanzando niveles de los años 20 y 30. Sin embargo, en las costas de Islandia y Groenlandia no se ha producido un aumento similar.
Esta investigación indica que el conocimiento de las variaciones naturales del clima sobre los stocks pesqueros merece un papel importante en la futura gestión de los recursos pesqueros del norte.