El pequeño crustáceo marino conocido como “gribble de cuatro puntos” puede ser una opción prometedora para ayudar a crear biocombustible, según han declarado científicos de las universidades inglesas de York y Portsmouth encargados de esta investigación.
El pequeño crustáceo marino conocido como “gribble de cuatro puntos” puede ser una opción prometedora para ayudar a crear biocombustible, según han declarado científicos de las universidades inglesas de York y Portsmouth encargados de esta investigación.
Este crustáceo es la versión marina de una termita que, gracias a su sistema digestivo y enzimas, pueden convertir la madera en azúcar y fermentar el azúcar en alcohol, base del biocombustible.
Hasta la fecha los investigadores han reproducido artificialmente y en pequeñas cantidades las enzimas del gribble: si efectivamente estas encimas artificiales pueden transformar la madera en azúcar, se podría llegar a producir en cantidades industriales para su futura comercialización.