Un nuevo estudio concluye que la teoría comúnmente aceptada sobre cómo suceden los blooms de fitoplancton es incorrecta. Este descubrimiento contradice más de 50 años de conocimiento y de estudios sobre el crecimiento del fitoplancton, que constituye la base de casi toda la vida acuática y las pesquerías. También adelanta que el cambio climático, en lugar de estimular la productividad del océano, puede reducirla en algunos lugares.
Un nuevo estudio concluye que la teoría comúnmente aceptada sobre cómo suceden los blooms de fitoplancton es incorrecta. Este descubrimiento contradice más de 50 años de conocimiento y de estudios sobre el crecimiento del fitoplancton, que constituye la base de casi toda la vida acuática y las pesquerías. También adelanta que el cambio climático, en lugar de estimular la productividad del océano, puede reducirla en algunos lugares.
Este nuevo análisis, publicado por Michael Behrengfeld en la revista Ecology, concluye que la teoría desarrollada en 1953 y llamada “ hipótesis de la profundidad crítica” ofrece una explicación inexacta e incompleta de los blooms veraniegos que se han venido observando desde principios del siglo XIX en el océano Atlántico norte.
“Esta teoría se basaba en los conocimientos y datos que había en aquella época, que normalmente se recogían en épocas de mayor calma como finales de primavera y principios del verano. Pero ahora disponemos de herramientas de detección por satélite que nos proporcionan una visión más global del océano prácticamente a diario. Y estos nuevos datos contradicen la hipótesis de la profundidad crítica.” Dicha hipótesis, que es lectura común en los libros de texto sobre oceanografía, establece que el fitoplancton explosiona en la primavera en los mares templados porque mejoran las condiciones de luz (días más largos y luminosos) y de calentamiento de la capa de superficie. Como el agua caliente es menos densa que la fría, se crea una capa que “flota” por encima del agua fría, disminuyendo la mezcla debida al viento y atrapando al fitoplancton en esta capa soleada que le hace crecer más rápido.
Sin embargo, un análisis detallado de los datos de satélite indican que, en realidad, la acumulación de fitoplancton empieza en medio del invierno, la estación más fría y oscura del año.
El principal fallo de esta teoría, según dice Behrenfeld, es que no tiene en cuenta los cambios estacionales en la actividad alimentaria del zooplancton, los principales predadores del fitoplancton.
“Hemos prestado demasiada atención al crecimiento del fitoplancton y muy poca a su pérdida, fundamentalmente debida a su consumo por el zooplancton.” La nueva teoría que Behrenfeld ha propuesto se llama “hipótesis de dilución/reacoplamiento” y sugiere que en el bloom primaveral intervienen procesos que comienzan en el otoño e invierno. A medida que las tormentas invernales son más frecuentes e intensas, la capa superficial que es biológicamente rica se mezcla con la más profunda y fría en la que no hay casi vida. Esto diluye la concentración tanto del fitoplancton como del zooplancton presente, disminuyendo la posibilidad de que este último encuentre su comida. De esta manera, el fitoplancton sobrevive y su población comienza a crecer en los días oscuros y fríos del invierno.
En la primavera, las tormentas remiten y la dilución del zooplancton y fitoplancton no se da tan intensamente. El zooplancton es capaz de encontrar a sus presas, así que, aunque el fitoplancton crezca por el aumento de la luz, la voracidad del zooplancton lo mantiene a raya. Así, el crecimiento neto del fitoplancton ocurre al mismo ritmo en invierno que a finales de la primavera. A finales del verano, el fitoplancton disminuye su tasa de crecimiento porque se van acabando los nutrientes en la capa superficial cálida en la que están atrapados y entonces sí, el zooplancton termina rápidamente con el bloom.
“Lo que nos están diciendo los datos del satélite es que la mezcla física de las capas de agua tiene tanta influencia en el éxito del bloom como la propia fotosíntesis del fitoplancton (proceso por el cual las células del fitoplancton crecen y se multiplican). Los grandes blooms parece que requieren una mezcla invernal más profunda”
Esta noticia es preocupante porque con el calentamiento global, se espera que muchas regiones se vuelvan más cálidas y estratificadas. Esto podría dar lugar a un menor crecimiento del fitoplancton y menor productividad marina en general, menos vida. Además, muchas de las zonas donde se dan estos grandes blooms estacionales son los que soportan también grandes pesquerías.