El pasado 15 de febrero se presentó oficialmente WaveGarden, un proyecto de un jardín de olas artificiales realizado en Gipuzkoa. Según los responsables del proyecto, esta tecnología permitirá a surfistas de todos los niveles y no surfistas, disfrutar, en un entorno natural, de un auténtico destino de surf más allá de las rompientes del mar.
El pasado 15 de febrero se presentó oficialmente WaveGarden, un proyecto de un jardín de olas artificiales realizado en Gipuzkoa. Según los responsables del proyecto, esta tecnología permitirá a surfistas de todos los niveles y no surfistas, disfrutar, en un entorno natural, de un auténtico destino de surf más allá de las rompientes del mar.
El origen de Wavegarden se remonta a 2005, cuando el ingeniero Josema Odriozola y la economista con especialidad en deporte Karin Frisch decidieron combinar su experiencia en el diseño y creación de instalaciones deportivas -especialmente skate parks-, con su pasión por el surf.Ambos empresarios disfrutaban mucho viendo las sonrisas en las caras de los niños, que no podían esperar a que estuviese acabado el nuevo skate park para poder estrenarlo. Decidieron intentar recrear esas sensaciones para las personas que no tienen la fortuna de tener cerca el mar o en lugares donde la olas no son de buena calidad. Poco a poco se convencieron de que era posible generar olas de clase mundial para surfistas de todos los niveles en cualquier parte del mundo. Su objetivo pasó a ser la reproducción de las sensaciones y la experiencia de surfear una ola en el mar en condiciones ideales: la creación de Wavegarden.
Esta tecnología permite disponer de instalaciones de olas económicamente viables y de bajo impacto medio ambiental.
El generador de olas puede instalarse en láminas de agua ya existentes (lagos, pantanos e instalaciones deportivas) o de nueva creación para este propósito. En ambos casos, la obra civil para la instalación del generador de olas es mínima y puede realizarse aprovechando vaciados para la limpieza o el mantenimiento de la instalación. En el caso de que el cuerpo de agua se haya creado con esta finalidad, este puede reunir unas características muy similares a las de un lago natural de poca profundidad. Se trataría de una obra cuya mayor parte consiste en el movimiento y nivelado de tierras necesario para dar forma al fondo del lago y que no requiere grandes volúmenes de hormigón. Así pues, el impacto medioambiental será siempre muy inferior al que requeriría una piscina convencional de olas.
Gran parte del generador de olas se encuentra bajo la superficie del agua, por lo que el impacto visual es casi inexistente. Este hecho constituye una gran ventaja pues no hay instalaciones ni maquinaria visibles que afecten la armonía del entorno natural en el que se integra Wavegarden.