Un hotel en las Bahamas ha encontrado la manera de ayudar al medio ambiente y complacer al paladar más exigente al mismo tiempo. Los nuggets (palitos de carne o pescado rebozado y frito) de pez escorpión son la sensación de la isla, una respuesta gastronómica como eco-solución al problema de esta especie predadora e invasora.
Un hotel en las Bahamas ha encontrado la manera de ayudar al medio ambiente y complacer al paladar más exigente al mismo tiempo. Los nuggets (palitos de carne o pescado rebozado y frito) de pez escorpión son la sensación de la isla, una respuesta gastronómica como eco-solución al problema de esta especie predadora e invasora.
El vistoso pez escorpión, miembro de la familia de los Escorpénidos, es originario del océano Índico y del Pacífico sur. En nuestras aguas, pertenecen a esta familia los cabrachos, escórporas, rascacios, etc. En el Caribe, el pez escorpión fue visto por primera vez en 1985 y alrededor de 2000 ya se encontraba en cantidades apreciables. Desde entonces, ha continuado extendiéndose de manera agresiva y los científicos temen que esté modificando completamente el ecosistema de arrecife de coral del Atlántico noroeste.
¿Cómo es de grave el problema?
Según el profesor Dr. Mahmood Shivji de la Nova Southeastern University, se cree que “va a cambiar y probablemente destruir los arrecifes de coral del Atlántico al invadirlos y disminuir su biodiversidad; además el daño ya causado es severo y posiblemente irreparable. Hasta ahora, no hay una solución clara y el problema está aumentando de manera exponencial”
Un estudio de la Universidad de Oregón estimó que el pez escorpión disminuye un 80% las poblaciones de juveniles de especies autóctonas en sólo 5 semanas. Vieron que un ejemplar adulto es capaz de comer 20 peces pequeños en media hora. Son carnívoros que comen peces de hasta dos tercios su propio tamaño y están protegidos por sus espinas venenosas de los depredadores.
En su lugar de origen (Índico y Pacífico), los peces han aprendido a evitarlos y también tienen más predadores naturales, en especial grandes meros. Sin embargo, en el Atlántico los peces no los reconocen como peligrosos y además en este océano los meros han sido sobre-explotados.
Por otro lado, al comerse los peces hervíboros del arrecife, las algas pueden crecen sin control y axfisiar a los corales.
El director del hotel, Michael Weber, admite que convertir el pez escorpión en palitos comestibles está lejos de ser una solución, pero añade que limpiándolos adecuadamente su carne tiene un gusto y textura excelentes y que todos los que están encima de la mesa no están amenazando el arrecife. Aunque no sirven especies amenazadas como el mero, no tienen problema en hacer al pez escorpión parte del menú.
El Gobierno Federal de los Estados Unidos está de acuerdo y ha desarrollado una campaña “Coma pez escorpión” http://www.ccfhr.noaa.gov/docs/EatLionfishPullCard.pdf.