Científicos del Programa de Túnidos y Afines del Centro Oceanográfico de A Coruña del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han recuperado, a través de pescadores chilenos, una marca convencional implantada en un pez espada hace más de cuatro años. Durante ese tiempo el ejemplar pasó de 14 a 184 kilogramos, multiplicando así su peso por 13, lo que demuestra la conveniencia, no sólo biológica sino económica, de evitar la captura de peces espada juveniles.
Científicos del Programa de Túnidos y Afines del Centro Oceanográfico de A Coruña del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han recuperado, a través de pescadores chilenos, una marca convencional implantada en un pez espada hace más de cuatro años. Durante ese tiempo el ejemplar pasó de 14 a 184 kilogramos, multiplicando así su peso por 13, lo que demuestra la conveniencia, no sólo biológica sino económica, de evitar la captura de peces espada juveniles.
El pasado 3 de julio la tripulación del barco redero chileno Estrella de Belén I encontró, adherida a uno de los 14 peces espada que capturó, una marca convencional tipo “espagueti” -denominada así por su forma alargada- en aguas del océano Pacífico Sureste.
Esa marca, perteneciente al Centro Oceanográfico de A Coruña del Instituto Español de Oceanografía (IEO), había sido implantada en un pequeño pez espada liberado en abril de 2006 por tripulantes del palangrero gallego Sideral que colabora en el programa de marcado voluntario de grandes peces migradores del IEO.
Gracias al esfuerzo del patrón chileno para devolver correctamente la marca y al de la tripulación del buque gallego que la colocó años atrás, los científicos del IEO han podido analizar los datos de marcado y recaptura de este pez espada.
Este pez espada estuvo en libertad con la marca insertada un total de 1.545 días, aproximadamente cuatro años y tres meses, durante los cuales creció 131 cm, unos 2,5 cm cada mes. Pasó de pesar unos 14 kg en el momento del marcado a 184 kg en el momento de su recaptura.
Según los expertos del Programa de Túnidos y Afines del IEO, aunque esta información puede considerarse un registro más que debe ser analizado junto con otros, por sí mismo sugiere el enorme potencial de crecimiento de esta especie en esa región, mayor del que se pensaba en base a los modelos de predicción de crecimiento. Además, explican, esta información pone de manifiesto la conveniencia biológica y económica de evitar la captura de ejemplares juveniles, ya que en poco más de 4 años este pez espada multiplicó por trece su peso corporal.
Conocer el comportamiento de las especies
El marcado, tanto convencional como electrónico, es una técnicacada vez más utilizada para conocer el comportamiento de las diferentes especies que pueblan los mares y con la que se ha obtenido grandes éxitos hasta la fecha. Así, por ejemplo, en agosto de 2009 el centro tecnológico AZTI-Tecnalia recuperó una marca electrónica que reveló que el cimarrón marcado había hecho inmersiones que llegaron a superar los 1.000 metros de profundidad. En 2007, por su parte, un pescador deportivo de Massachusetts recapturó un atún que había sido marcado dos años atrás por un barco con base en el puerto deportivo de Hondarribia.
Fuente: SINC