La Directiva Marco de la Estrategia Marina es un paso de gran importancia para la gestión ambiental del medio marino europeo y, por extensión, internacional. Ningún otro país o área en el mundo tiene un conjunto de leyes similar, ya que integrará otras Directivas Marco como la Directiva del Agua, la Directiva de Planificación Espacial Marina y Natura 2000 y la recomendación de la Gestión Integrada de la Zona Costera.
La Estrategia Marina vincula las causas de los cambios en el ecosistema, las actividades humanas y sus presiones con las consecuencias, así como los medios para controlar y gestionar esas causas y efectos. Si se aplica correctamente, la Estrategia Marina asegura la protección de los ecosistemas marinos , al mismo tiempo que permite obtener unos recursos y servicios de ellos de forma sostenible. Es un avance respecto a la legislación anterior porque se enfoca hacia el funcionamiento del ecosistema en vez de la estructura. Además, refuerza que la gestión debe ser trasnacional y para ello se apoya en las organizaciones llamadas Convenciones de Mares Regionales, que llevan cuatro décadas de trabajo en este campo.
En la fase actual de implantación de la Estrategia Marina, el rol de los proyectos de investigación es esencial para apoyarla. El proyecto DEVOTES financiado por la Comisión Europea y liderado por AZTI (en el que participan 23 socios de las diferentes regiones europeas) se creó para apoyar la implementación desde una perspectiva científica. Tras dos años de trabajo, DEVOTES ha proporcionado recomendaciones para clarificar incertidumbres y cubrir vacíos de información, con el objetivo de apoyar la implementación y definir el Buen Estado Ambiental, enfocándose hacia cuatro descriptores del ecosistema: D1 Diversidad Biológica, D2 Especies No Autóctonas, D4 Redes Tróficas y D6 Integridad de los Fondos Marinos.
Tras un análisis exhaustivo, DEVOTES ha emitido las siguientes recomendaciones:
1. Terminología coherente: Para asegurar una implantación coherente en todos los Estados Miembrosl, debe haber una terminología clara, correcta y consensuada. Se han identificado una serie de términos potencialmente problemáticos y se han proporcionado una lista de definiciones recomendadas para solventarlo.
2. La evaluación de riesgos debe ser rigurosa y debe existir un marco conceptual ligado a la gestión marina: hacen falta vínculos que visualicen y resuman las interacciones entre los procesos y los componentes de ambientes complejos. DEVOTES recomienda el marco conceptual Fuerzas motrices, Presiones, Estado, Impacto, Respuesta (en inglés, DPSIR) ya que proporciona una metodología estandarizada y un enfoque bien definido que permite la trazabilidad, replicabilidad y cuantificación.
3. Es necesario evaluar la biodiversidad funcional además de la biodiversidad estructural (basada en indicadores estructurales como la diversidad o riqueza de especies)
4. Considerar diferentes escalas geográficas y por lo tanto las escalas de las presiones o de los descriptores de presión/estado tienen que ser definidas de acuerdo con: 1) la intensidad y distribución de la presión, 2) la vulnerabilidad de los componentes de la biodiversidad, 3) los aspectos de gestión (las medidas de gestión para rectificar desviaciones del Buen Estado Ambiental deberían hacerse de acuerdo a la gestión de la actividad y no en cuanto a la gestión del impacto); 4) el impacto acumulado y los efectos trans-fronterizos, y 5) las características ecológicas y biogeográficas
5. Si GES (Buen Estado Ambiental) implica que se cumplan todos los descriptores, tiene que haber una regla de agregación o por lo menos una regla de combinación de los descriptores. Actualmente no hay una orientación clara en estos temas. Tampoco la hay en cuanto a los medios para asignar indicadores para descriptores individuales o sus componentes.
6. Necesidad de programas de monitoreo coordinados y adecuados: los Estados Miembro tenían que implementar programas de monitoreo para Julio 2014 y notificarlo a la Comisión para Octubre 2014. DEVOTES ha analizado en profundidad las redes de monitoreo europeas con el objetivo de evaluar el estado de la biodiversidad marina para los descriptores D1, D2, D4 y D6. El Catálogo de Redes de Monitoreo proporciona una visión inicial e incluye 285 programas de monitoreo presentes en 15 Estados Miembros y 14 países que comparten Mares Regionales. También identifica los vacíos existentes en el monitoreo y la idoneidad del monitoreo para cada Mar Regional. Además de aumentar la cooperación regional, hay que desarrollar métodos de monitoreo efectivos e innovadores. Se documentan algunas de las herramientas innovadoras probadas por DEVOTES y abogamos por que las usen los Estados Miembros y los gestores de los recursos hídricos.
7. Necesidad de incorporar las consideraciones de cambio climático: el cambio climático afectará la estructura, función y procesos del ecosistema. DEVOTES analizó el impacto en la implementación de la MSFD centrándose en 8 repercusiones principales y efectos. Los análisis indican que todos los descriptores serán afectados. Esto aumenta la dificultad de detectar la recuperación de los ecosistemas gestionados.
8. Necesidad de considerar las barreras legales para alcanzar el GES: una revisión de la literatura publicada ha revelado gran ambigüedad en el texto de la Directiva en cuanto al rol esperado de las Convenciones de los Mares Regionales en la aplicación del enfoque ecosistémico. Se identificaron las siguientes ambigüedades: 1) La Directiva define lo que se quiere decir con “las estrategias marinas aplicarán un enfoque ecosistémico a la gestión de las actividades humanas…” y cómo deberían aplicarlo los Estados Miembros, 2) falta precisión en la definición de GE, llevando a malinterpretaciones por los Estados Miembro, creando incertidumbre y diferentes niveles de conformidad y complicaciones de gobernanza, 3) no se define la diferencia entre GES y los objetivos o cómo se relacionan unos con otros, 4) la MSFD no proporciona dirección sobre cómo organizar la coordinación regional y la integración, más que refiriéndose a la Convenciones de Mares regionales, 5) de momento, no hay documentos socioeconómicos de guía para el análisis de coste/beneficio requerido aunque los programas de medidas se exigen para 2015 como muy tarde.