Los blooms, o proliferaciones de medusas tienen un impacto visible y sustancial en las zonas costeras: redes de los pescadores taponadas, picaduras en las playas, tomas de agua bloqueadas…La información ofrecida por los medios de comunicación han creado la percepción de que los mares mundiales están experimentando un aumento de medusas debido a actividades humanas tales como el calentamiento global o la sobrepesca. Un estudio global cuestiona esta afirmación y sugiere que no está basada en evidencias objetivas o análisis científicos.
La Dra Cathy Lucas, bióloga marina de la Universidad de Southampton, participó en este estudio que aparece en el último número de BioScience. Los coautores son expertos del Global Jellyfish Group, un consorcio de aproximadamente 30 expertos en organismos gelatinosos, climatología, oceanografía y socioeconomía de todo el mundo e incluyen al Dr Rob Condon, (científico marino en Dauphin Island Sea Lab en Alabama); Dr Carlos Duarte de la Universidad de Western Australia’s Oceans Institute y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) en España y el Dr Monty Graham de la Universidad de Southern Mississippi (USM)..
Más medusas en algunas zonas, menos en otras
“Claramente, hay zonas donde sí han aumentado las medusas, la situación con las medusas gigantes de Japón es un ejemplo clásico. Pero también hay zonas donde han disminuido o que fluctúan en periodos de décadas” dice el Dr Lucas, desde el convencimiento de que son los datos a largo plazo, más que los de corto plazo, la clave para resolver la cuestión entorno a las proliferaciones de medusas.
Las especulaciones y discrepancias crecientes sobre los actuales y futuros blooms de medusas por parte de los medios y en los informes científicos y sobre cambio climático aparecidos recientemente fueron los que motivaron este estudio. “Hay razones de peso para proporcionar respuestas tanto a la industria del turismo y las pesquerías como para tomar decisiones de gestión, ya que están relacionadas con el cambio climático y el medioambiente marino” dice el Dr Carlos Duarte. “El aspecto más importante de nuestra síntesis es que podremos apoyar el paradigma actual con datos científicos en vez de con especulaciones.”
El estudio resalta la formación de una base de datos global llamada Jellyfish Database Initiative (JEDI), consistente en más de 500,000 datos sobre poblaciones de medusas a nivel global recogidos desde fechas tan lejanas como 1750 y que servirá como futuro repositorio para que los blooms de medusas puedan ser monitorizados continuamente.
Analizando la base de datos JEDI, el grupo podrá evaluar algunos aspectos clave que se ocultan tras el actual paradigma, incluyendo si los blooms actuales están causados por las acciones humanas o si simplemente somos más conscientes de ellos debido a su impacto en las actividades humanas (como un mayor turismo o sobrepesca). “Esta es la primera vez que se intenta una iniciativa de esta envergadura a nivel global, es importante saber si los blooms de medusas son inducidos por el hombre o si surgen por circunstancias naturales” dice el Dr Condon. “Cuanto más sepamos, mejor podemos gestionar los ecosistemas oceánicos o responder de manera precisa a los efectos futuros del cambio climático. Existen datos científicos para responder esta cuestión, pero están demasiado fragmentados para ser analizados”