Después de medio siglo de pesca industrial, la mayoría de las poblaciones de atunes han sido explotadas cerca de los límites de la sostenibilidad; mientras que tres poblaciones de atún rojo están claramente sobreexplotadas. Un nuevo estudio intenta resolver una década de debates sobre el impacto de la pesca sobre las diferentes especies de atunes a nivel global.
Después de medio siglo de pesca industrial, la mayoría de las poblaciones de atunes han sido explotadas cerca de los límites de la sostenibilidad; mientras que tres poblaciones de atún rojo están claramente sobreexplotadas.
Un estudio realizado por un equipo de científicos marinos concluye que las poblaciones de atunes y especies afines han disminuido un 60% de media a nivel mundial en el último medio siglo. Dos grupos distintos de especies muestran los mayores descensos en abundancia: por una parte las poblaciones de atún rojo, especies de gran tamaño, longevas y con un alto valor económico; y por otra parte, las caballas, especies más pequeñas y con ciclos de vida más cortos. Esto indica que la pesca puede ser una amenaza para todo tipo de especies, independientemente de su tamaño.
“Usando una recopilación de las estimaciones de abundancia más precisas mostramos que la situación global de las poblaciones de atunes difiere de las interpretaciones más pesimistas descritas en el pasado”, declara María José Juan-Jorda, autora principal del estudio, estudiante de doctorado en el grupo de investigación de Recursos Marinos y Pesquerías en la Universidade da Coruña y miembro del grupo de investigación Earth to Ocean de la Simon Fraser University en Canadá. Un estudio publicado en la revista Nature en el 2003 concluyó que la abundancia de grandes peces pelágicos, principalmente atunes, se había reducido en un 90% en el último medio siglo. Este nuevo estudio sugiere que la disminución no es tan pronunciada como se había temido, pero los autores sostienen firmemente que no podemos ser complacientes.
“En este estudio mostramos que la mayoría de las poblaciones de atunes y especies afines han sido explotadas cerca del borde de la sostenibilidad”, declara el Dr. Iago Mosqueira, científico pesquero de la Comisión Europea, Joint Research Center, IPSC. “Esto significa que es arriesgado aumentar las capturas en estas pesquerías y se debería tener mucho cuidado con cualquier incremento en el esfuerzo pesquero a nivel global. La demanda sigue en aumento, por lo tanto, toda la presión debe concentrarse ahora en lograr un futuro real para estas poblaciones y las pesquerías que dependen de ellas.”
“La sostenibilidad a largo plazo de las pesquerías de atún se podría mejorar si los gestores retrocedieran un paso atrás y fijaran niveles de sostenibilidad claros, con límites que hay que evitar y objetivos seguros que hay que alcanzar”, declara el Dr. Andrew Cooper, profesor en la Simon Fraser University. “Los científicos pesqueros tienen las herramientas adecuadas. Ahora este trabajo aporta los incentivos para asegurar un futuro tanto para la industria del atún como para las diversas especies.”
“Mostramos cómo la gestión de las poblaciones de atunes puede funcionar, pero en el caso de algunas especies la gestión pesquera necesita ayuda. Las especies de mayor valor comercial son las más sobreexplotadas, claramente aún se obtienen beneficios económicos de la pesca ilegal de atunes rojos, los más valiosos y longevos” indica el Dr. Nicholas Dulvy, Profesor en la Simon Fraser University y co-presidente del Grupo de Especialistas de Tiburones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). “La principal objeción para incluir las especies pesqueras en los anexos de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas) es que la gestión pesquera es capaz de ocuparse del asunto. Sin embargo aquí tenemos un caso en el que el comercio internacional es capaz de desbordar a la gestión pesquera, que normalmente es efectiva. Por lo tanto, los tratados de conservación internacionales tienen un claro papel que desempeñar junto con los gestores de pesquerías en la recuperación de las poblaciones de atún rojo sobreexplotadas.”
“El futuro de las pesquerías de atunes depende de la habilidad de las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROPs) para superar las dificultades a las que se enfrentan. Se necesitan compromisos serios y acciones efectivas para reducir el exceso global de capacidad pesquera, recuperar las poblaciones sobreexplotadas y regular el comercio que las pone en peligro”, declara el Dr. Juan Freire, Profesor de la Universidade da Coruña. “Solo superando estos retos podremos garantizar unas capturas mayores, rendimientos económicos estables y reducir nuestro impacto en los ecosistemas marinos.”