El impacto de las piscifactorías en los peces salmónidos es tan profundo que en tan sólo una generación se llegan a seleccionar caracteres que permiten a los peces sobrevivir y prosperar en el ambiente de la piscifactoría, en detrimento de su habilidad para prosperar y reproducirse en un medio salvaje. Los resultados, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, muestran una velocidad del proceso evolutivo y de selección natural que sorprendieron a los investigadores. Confirmaron que un impacto primario de las piscifactorías es el cambio en la genética de los peces, en contraposición con un efecto ambiental temporal.
“Llevamos sabiendo ya desde hace tiempo que los peces nacidos en granjas de cultivo tienen menor supervivencia y tasas de reproducción en el medio natural” señala Michael Blouin, profesor de zoología de la Universidad de Oregon. “Sin embargo, hasta ahora, no estaba claro por qué. Lo que este estudio muestra es que la intensa presión evolutiva existente en la piscifactoría selecciona rápidamente los peces que sobresalen, a costa de su éxito reproductor en el medio natural”.
Las piscifactorías son muy eficientes produciendo peces, dicen los investigadores, pero este estudio y otros alertan sobre el impacto genético de los criaderos de peces cuando estos se apareen con ejemplares salvajes y sobre si ayudarán a la recuperación de los salmónidos.
Estos descubrimientos se basan en análisis genéticos de la trucha asalmonada durante 19 años en el río Hood de Oregón. Se examinaba por qué los peces de piscifactoría tienen dificultades para reproducirse en el medio natural, un hecho que se había puesto de manifiesto en investigaciones previas. Algunas de las causas posibles eran efectos de la cría en cautividad, mezcla endogámica entre parientes próximos y selección de domesticación involuntaria o la habilidad de algunos peces a adaptarse al particular medio de la piscifactoría.
El estudio confirmó que la selección de domesticación estaba ocurriendo, en efecto. Cuando miles de juveniles de salmón nacen en el ambiente artificial de una piscifactoría, los que sobreviven son los que mejor pueden desenvolverse, por alguna razón, en esas condiciones de cautividad y hacinamiento. Pero las mismas características que les ayudan en la piscifactoría les impiden sobrevivir cuando vuelven a un río salvaje, donde su capacidad de producir descendencia apta se ve muy reducida.
“Esperábamos ver algunos de estos efectos tras muchas generaciones” señala Mark Christie, autor principal del estudio. “El ver que estos cambios suceden en solo una generación es increíble. Los cambios evolutivos no siempre tardan miles de años”.
No está claro qué caracteres exactamente están siendo seleccionados entre los miles de juveniles nacidos en granjas de cultivo, pero uno de ellos es claramente la capacidad de tolerar el hacinamiento extremo. Si la investigación es capaz de determinar qué aspecto de las operaciones del cultivo está seleccionando los peces con menos capacidad reproductora en el medio natural, sería posible introducir cambios que ayudaran a solucionar el problema.
Históricamente, los gestores de piscifactorías siempre han preferido usar peces que hubiesen nacido en cautividad como stock reproductor de futuras generaciones, porque cualquiera que fuera la característica que les hiciera tener éxito en las piscifactorías, les hacía producir miles de jóvenes salmones aparentemente sanos. Pero más tarde encontraron que cuando esos mismos peces se soltaban, tenían unas posibilidades de sobrevivir y reproducirse mucho menor que los nacidos en el medio natural.
Millones de salmones nacidos en cautividad se sueltan de manera intencionada cada año para aumentar las capturas de las pesquerías y contrarestar el declive de las poblaciones salvajes. La trucha asalmonada estudiada en esta investigación está catalogada, de hecho, en el Acta de Especies en Peligro y parte de su Plan de Recuperación incluye que su stock se complemente con peces de cultivo.
Falta ver si los resultados de este estudio sobre la trucha asalmonada se pueden generalizar a otras especies. Sin embargo, esto demuestra que las piscifactorías pueden generar peces que son genéticamente distintos de los salvajes y que esto puede ocurrir de manera extraordinariamente rápida. El reto está ahora en identificar los caracteres que se están seleccionando para ralentizar la velocidad de la domesticación.