La nueva Política Pesquera Común (PPC) incentiva económicamente, mediante la asignación de posibilidades de pesca, a aquellos buques pesqueros que utilicen artes y tecnologías de captura más selectivas con un reducido impacto ambiental y que reduzcan el uso de la energía fósil.
Hasta ahora, las cuotas o TAC (totales admisibles de captura) se habían asignado a los Estados Miembros basándose en el principio de estabilidad relativa, es decir, que un país que tradicionalmente ha estado capturando una especie o stock tiene ciertos derechos históricos. Dentro de cada estado, la asignación de las cuotas nacionales entre las diversas partes interesadas (buques de pesca, Organizaciones de Productores, etc) es responsabilidad del Estado Miembro. La nueva Política Pesquera Común (PPC) establece que, además del tradicional criterio de capturas históricas, deben tomarse en cuenta otros criterios medioambientales, económicos, sociales y de cumplimento de la normativa.
Los estados de la UE utilizan desde hace tiempo una gran variedad de criterios para asignar las posibilidades de pesca: existen sistemas de asignación basados en criterios tecnológicos, geográficos y socioeconómicos. En España, por ejemplo, se ha priorizado el criterio de la dependencia socioeconómica y se ha implementado en pesquerías como la del atún rojo, donde además existe un reparto por tecnología de pesca. En el caso de la caballa y jurel el reparto por comunidades autónomas del nuevo Plan de Gestión del Caladero Cantábrico Noroeste también tiene en cuenta el reparto por flotas y la dependencia socioeconómica, además de un reparto previo por tecnología de pesca.
Sin embargo, la asignación de posibilidades de pesca en base al uso de tecnologías más amigables con el medio ambiente es una propuesta nueva que contribuiría a una pesca más selectiva y amigable con el medio ambiente y a cumplir con la política de descartes cero introducida en la nueva PPC. De este modo, el armador que utilice un arte más selectiva se beneficiaría de 1) ver reducidas sus capturas accesorias y así cumplir con la nueva legislación y 2) recibir un plus en el reparto de posibilidades de pesca.
La implementación será larga y compleja
La transición hacia este nuevo tipo de gestión podría ser, sin embargo, compleja y larga. Acceder a este tipo de incentivos individuales implica una gestión con derechos de captura individualizados y la definición de las posibilidades de pesca para cada buque, con toda la complejidad que ello implica al tener que basarse dicha asignación en capturas históricas, dependencia económica, etc. Aunque existen varias pesquerías en la UE con participaciones individuales en la cuota nacional p.ej. algunas pesquerías demersales en España, Francia y Reino Unido, este modelo de gestión no es general en toda la UE.
Además ¿ cómo deberían financiarse las mejoras tecnológicas que permitan generar tales incentivos? Aunque el nuevo Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) financia mejoras tecnológicas, su reglamento no especifica si pueden financiar mejoras que permitan a un armador ser elegible para un incremento de posibilidades de pesca. Por otro lado, habría que identificar en qué posibilidades de pesca se traducirían los mencionados incentivos: por ejemplo, incrementar los TAC no sería sostenible para los stocks.
Queda la posibilidad de establecer unos “fondos de maniobra” a nivel de Estado Miembro donde imputar las posibilidades de pesca adicionales. Actualmente, los fondos de maniobra se usan en algunas pesquerías de la UE a modo de colchón con el que compensar los excesos de pesca p.ej. merluza del norte en España. Esto implicaría reducir un porcentaje de la cuota nacional para otorgar pluses a unos cuantos operadores elegibles, lo que podría traer como consecuencia descontento y conflictos entre los diversos stakeholders, siendo necesario realizar una ardua labor de búsqueda de consenso entre las partes interesadas. Las posibilidades de pesca adicionales demandaría además un sistema de baremos para determinar cuánto más le corresponde a cada armador en función de los beneficios que éste aporte a la sostenibilidad del recurso y a la reducción del impacto en el medioambiente, tanto por efecto de mejoras en las artes como de la reducción del consumo energético. Todo esto implica una ingente cantidad de información cuya recolección, almacenamiento y evaluación podría resultar costosa.
Aunque la asignación de las posibilidades de pesca al sector pesquero sigue en manos de los estados miembros es necesario que la UE establezca unas reglas claras para aquellos armadores que deseen acceder a los incentivos descritos en la nueva PPC. La clave del éxito de la gestión pesquera parece radicar en el sistema de gobernanza bajo el cual se introducen los criterios de asignación de las posibilidades de pesca. Así, la introducción de cualquier criterio de asignación bajo sistemas de gobernanza compartida debiera contribuir en gran medida a la consecución de los objetivos perseguidos.
¿Qué opinas? ¿Crees que es justo premiar a los pescadores más responsables medioambientalmente asignándoles más cuota de pesca, a costa de quitárselo a los demás?
El presente artículo se basa en los resultados del proyecto Europeo SOCIOEC, Socioeeconomic effects of management measures of the Common Fisheries Policy (Contract No. 289192).