Entre mayo y julio cada año, millones de sardinas nadan hacia el norte a lo largo de la costa este de Sudáfrica para alcanzar sus lugares de reproducción donde ponen los huevos. Es el llamado Sardine Run o Migración de la sardina, que se desplaza bajo incesantes ataques de delfines, leones marinos, ballenas, aves, atunes y pescadores durante su recorrido casi suicida. ¿Por qué afrontan las sardinas estos formidables peligros? ¿Cómo surgió esta migración?
Entre mayo y julio cada año, millones de sardinas nadan hacia el norte a lo largo de la costa este de Sudáfrica para alcanzar sus lugares de reproducción donde ponen los huevos. Es el llamado Sardine Run o Migración de la sardina, que se desplaza bajo incesantes ataques de delfines, leones marinos, ballenas, aves, atunes y pescadores durante su recorrido casi suicida. ¿Por qué afrontan las sardinas estos formidables peligros? ¿Cómo surgió esta migración?
Este evento ha estimulado la imaginación de los científicos durante décadas. Se han planteado numerosas hipótesis, a menudo contradictorias entre sí. Los investigadores del IRD (Institut de Recherche pour le Développement) y sus socios revisaron estas diferentes teorías y las comprobaron, comparando y combinando un amplio rango de datos acústicos, biológicos, oceanográficos y de satélite.
El retorno inevitable a sus lugares de puesta
Sólo una parte, variable en tamaño, de la población de sardina sudafricana, Sardinops sagax, emprende este largo viaje desde Agulhas Bank hasta caladeros más al norte de Durban, en la provincia KwaZulu-Natal. Como el pingüino emperador en la Antártida, el salmón en los ríos o los antílopes en las sabanas africanas, un solo objetivo les mueve: la perpetuación de la especie. Su instinto reproductivo tiene preferencia sobre el de supervivencia y les empuja a superar los numerosos retos que encontrarán en su camino a sus zonas de origen donde desperdigarán los huevos en las zonas de puesta.
La lógica es inquebrantable: si esta estrategia les ha funcionado, también les funcionará a sus descendientes. El equilibrio en la población resultante justifica sus esfuerzos. Un gran éxito reproductivo compensa frente a la gran mortalidad sufrida durante la migración: liberar los huevos más al norte asegura un mejor resultado. Los huevos, más tarde larvas, tienen así suficiente tiempo para desarrollarse antes de alcanzar Agulhas Bank. Esta zona es un ambiente extremadamente revuelto donde huevos y larvas están expuestos a ser transportados y dispersados hacia mar abierto, más allá de las aguas continentales y por tanto perdidos para la población.
Permeabilidad: el sexto sentido de la sardina
¿Cómo consigue la sardina llegar cada año exactamente a su propio sitio de puesta? Los mecanismos de intercambio en la membrana del huevo permiten que penetren ciertos componentes característicos del ecosistema marino local que contiene aportes terrestre de los ríos. Lo mismo ocurre con las larvas. Una vez adultos y exhibiendo una habilidad sensorial excepcional, la sardina capta estímulos químicos procedentes del ambiente local para guiarse hasta su sitio exacto de puesta, en KwaZulu-Natal.
¿Herencia o pérdida de dirección?
¿Cómo se han ligado las sardinas a una zona tan al norte, cerca de Durban, un ambiente tan hostil para ellas? El equipo de investigación consideró que dos hipótesis eran las más plausibles.
La primera sugiere que esta migración es una reliquia, un comportamiento probablemente heredado de la última Edad de Hielo. Esta sardina prefiere temperaturas de entre 18 y 22°C. En aquellos fríos tiempos, vivían más al norte, en KwaZulu-Natal, donde el agua estaba más fría que hoy en día. Tras la glaciación vino un periodo de calentamiento del mar. Los peces tenían que migrar por tanto hacia el sur, más cerca del Polo. Sin embargo, cada año en la temporada reproductiva, continuaban volviendo al mismo lugar a poner los huevos. Y esto es por lo que la migración estacional continúa.
La segunda teoría postula que, en un momento dado, un cardumen se desvió de su ruta migratoria normal. Se produjeron una condiciones oceánicas inusuales o un fallo en el sistema de orientación de la sardina, su deriva les llevó a KwaZulu-Natal y dio como resultado un éxito reproductivo espectacular. Dos años más tarde, los numerosos descendientes de este cardumen, al llegar a su madurez reproductiva, repitieron este viaje épico. De año en año, la población creció hasta que generó los enormes cardúmenes que vemos hoy en día.
Los esfuerzos realizados por la comunidad científica en las últimas 5 décadas, resumidas en este trabajo reciente, han mejorado sustancialmente la comprensión de los procesos ecológicos asociados con el Sardine Run. Esta gran ruta de migración atrae a predadores superiores como tiburones, delfines, ballenas y atunes y genera una actividad pesquera muy activa. Igualmente, como espectáculo visual, estimula el turismo. Comprender cómo surgió este extraordinario rasgo del comportamiento animal y por qué persiste contribuirá a paliar las necesidades económicas de las comunidades locales.