Este fenómeno (englobado dentro de las Perturbaciones Atrapadas en la Costa) es muy típica en el Cantábrico y se presenta como un cambio brusco en la dirección y velocidad del viento, normalmente en el verano, con gran calor y humedad.
Las galernas aparecen tras una mañana con altas temperaturas (sobre 30ºC antes del mediodía) y con calmas o vientos del sur suaves y racheados; no aparecen nunca con vientos del norte. La presión atmosférica puede ser alta, pero sin un gradiente de presión acusado. Durante la galerna, la presión atmosférica casi siempre aumenta y se levantan fuertes vientos del noroeste (medias de 80 km/h; si no alcanzan los 50 km/h se considera una galernilla), lo que produce una fuerte marejada en el mar que puede hacer zozobrar a embarcaciones de poca envergadura. La humedad aumenta hasta niveles de condensación (100%). La temperatura puede caer hasta 12 ºC y aparecen nubes bajas. Lo peligroso del fenómeno no es tanto la fuerza del viento como la rapidez con que gira y arrecia. Poco después de que se pase la galerna, se restablecen las condiciones meteorológicas que había anteriormente.
Las galernas típicas se desarrollan de forma local y no se desplazan mucho del punto donde se originaron, afectando sólo a la zona costera cerca del mar (hasta 50 km mar adentro). No suelen producir tormentas. La galerna típica se empieza a desarrollar entre Avilés y cabo Mayor, donde el viento no es excesivamente fuerte. Se va desplazando hacia el este y entre Ontón y Biarritz alcanza su mayor intensidad. A partir de Biarritz, la galerna se empieza a disipar.
Las galernas frontales están ligadas a las perturbaciones producidas por un frente. Son más intensas. Atraviesan la costa cantábrica al completo de oeste a este, afectan también a zonas de mar abierto y tierra adentro y producen tormentas y chubascos.
Algunas de las galernas que han pasado a la historia son la del 20 de abril de 1878, la “Galerna del sábado de Gloria”, que mató a 332 personas; la del 12 de agosto de 1912 a 50 millas de cabo Matxitxako, en la que fallecieron 143 arrantzales mientras faenaban, de los cuales 119 eran de Bermeo; más recientemente, la del 7 de junio de 1987, con 2 muertos, 13 heridos y 2 desaparecidos.
Los pescadores consideran a la galerna como la peor de las tempestades, porque sus signos premonitorios aparecen cuando ya están prácticamente atrapados por ella, sin tiempo para arribar a puerto. Todos saben que aparece con bochorno, tras una virazón repentina del viento al noroeste. Pero virazones al noroeste hay miles entre galerna y galerna, sin que, afortunadamente, ocurra nada de particular.