Entrevistamos a Pedro Anitua, Director de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco (Departamento de Seguridad) sobre los temporales de este año y qué medidas se han tomado para darles respuesta.
Hemos tenido un invierno bastante problemático en cuanto a temporales. ¿Ha sido peor que otros años?
Sí, tanto en el número de temporales, tan seguidos, como por el impacto que han producido algunos de ellos ha sido bastante peor que otros años. Afortunadamente, en Euskadi existe una estrecha colaboración entre los profesionales de atención de emergencias y la meteorología en torno a una sola Dirección que los integra, lo que nos permite ofrecer la mejor respuesta posible a cualquier problemática asociada a la meteorología adversa. Además de una gran red de medida, en el País Vasco existe un conocimiento adquirido sobre océano-hidro-meteorología muy importante (AZTI-Tecnalia; la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet; la Agencia Vasca del Agua, URA; las Diputaciones Forales, los Ayuntamientos…). Los resultados derivados de todas estas sinergias pueden apreciarse día a día, y en este caso concreto a lo largo de un invierno tan problemático como el que hemos padecido.
¿Cómo funciona la Red Océano-meteorológica del País Vasco de Euskalmet?
Euskalmet cuenta con tres plataformas océano-meteorológicas costeras, dos boyas en aguas profundas y radares de alta frecuencia que escrutan la superficie de mar frente a nuestras costas y proporcionan información sobre las corrientes, el oleaje, las mareas y la temperatura del agua a diferentes profundidades e igualmente miden la fuerza del viento, temperatura del aire, presión atmosférica y radiación solar.
Esta completa red nos está suministrando, en tiempo real, un conocimiento preciso del medio marino lo que supone, además de mejorar todas las labores orientadas a las emergencias, la oportunidad de planificar adecuadamente las actividades propias de las zonas costeras y marinas ya sea desde el punto de vista económico o desde el punto de vista de ocio o tiempo libre. Además, la detección temprana de las variables meteorológicas nos permite avisar o alertar anticipadamente de los riesgos relacionados con las condiciones marinas como, por ejemplo, las galernas y los temporales.
Así mismo, se elaboran los pronósticos que permiten conocer la evolución meteorológica y predecir tanto la idoneidad de las condiciones para el desarrollo de distintas actividades, como para alertar de los fenómenos meteorológicos que pueden afectar a la seguridad de personas y bienes en el caso de que se trate de episodios relacionados con el fuerte oleaje, vientos intensos o tormentas entre muchos otros.
Por otro lado, esta información resulta imprescindible para las personas que utilizan el mar para su ocio o su trabajo, como pescadores, navegantes, bañistas, surfistas, buceadores, etc.
¿Vistos los destrozos que ha habido en la costa, ha servido de algo todas las alertas y las alarmas emitidas?
Entre el mes de enero y los primeros días de marzo hemos sufrido un total de 6 temporales en los que el nivel máximo ha sido de alerta naranja y 2 temporales más que se han elevado a alarma roja. Esto es excepcional. Estos temporales han producido unos daños en infraestructuras costeras que son inevitables. Pero lo que sí hemos evitado son dos hechos muy importantes; por una parte hemos evitado daños humanos. En este aspecto es justo agradecer el trabajo desarrollado por todas las instituciones y a la ciudadanía en general su buen comportamiento. Por otra parte, se han minimizado los daños evitables (coches, embarcaciones, locales y garajes en primera línea de costa…). Y es que los avisos, alertas y alarmas que genera el Departamento de Seguridad no tienen en cuenta únicamente variables meteorológicas. Además se tienen en cuenta otras muchas, como las actividades programadas, horas en las que tendremos el impacto, mareas…de forma que lo que se pretende es visualizar el impacto que cada situación meteorológica va a generar en la sociedad. En función del impacto esperado activamos un color diferente. Es decir, en vez de trabajar exclusivamente con la primera derivada (variables meteorológicas) trabajamos con una segunda derivada (impactos en la sociedad).
¿En un futuro mejorará el sistema de avisos, alertas y alarmas?
Sin ninguna duda. Gracias a los datos que nos suministra la red océano-hidro-meteorológica conocemos cada vez mejor los procesos físicos que se producen, en este caso en la mar y en la costa. Este conocimiento nos permite mejorar cada vez más el impacto que esperamos y de esta forma ofrecer un mejor servicio, lo que nos obliga, y nos seguirá obligando, a mejorar protocolos y actuaciones para ser más precisos y que los avisos, alertas y alarmas vayan orientados a cada sector de la sociedad. De hecho, es muy probable que para el próximo invierno los avisos por temporales se orienten de forma específica a grupos o sectores (navegación, puertos, costa, etc.).