Más de 30.000 millas después de que el 14 de diciembre zarpara de Cádiz, el buque oceanográfico de la Armada Hespérides ha regresado a Cartagena. En siete meses, ha circunnavegado el planeta cruzando tres veces el Atlántico, una el Índico y otra el Pacífico, en la mayor misión de investigación marina de la historia de España. La Expedición Malaspina -bautizada en honor del navegante que recorrió en el siglo XVIII las posesiones españolas de ultramar y en vez de gloria halló la prisión- ha reunido el material para hacer el mapa genómico de los océanos más completo hasta el momento.
Más de 30.000 millas después de que el 14 de diciembre zarpara de Cádiz, el buque oceanográfico de la Armada Hespérides ha regresado a Cartagena. En siete meses, ha circunnavegado el planeta cruzando tres veces el Atlántico, una el Índico y otra el Pacífico, en la mayor misión de investigación marina de la historia de España. La Expedición Malaspina -bautizada en honor del navegante que recorrió en el siglo XVIII las posesiones españolas de ultramar y en vez de gloria halló la prisión- ha reunido el material para hacer el mapa genómico de los océanos más completo hasta el momento.
La información recogida por los 400 investigadores que han tomado parte en la expedición será fundamental para conocer al detalle el impacto del cambio global en la biodiversidad marina y preservar la función del océano como sumidero de CO2. También contribuirá en la búsqueda de nuevas fuentes de energía, medicamentos revolucionarios y recursos alimentarios.
Una colección excepcional
Entre los datos recavados, es de vitar importancia la colección de virus, bacterias, microalgas y zooplancton reunida por los expedicionarios. La excepcionalidad del catálogo no solo radica en su amplitud y globalidad (las muestras han sido extraídas de tres océanos), sino sobre todo, en el hecho de que esos organismos han sido recogidos desde la superficie hasta más de 4.000 metros de profundidad, cuando, hasta la fecha, la mayoría de los estudios disponibles se refieren a las capas superficiales, a no más de 200 metros de profundidad.
Los expedicionarios de Malaspina han recogido unas 120.000 muestras de aire, agua y plancton, un 70% más que las 70.000 previstas al comienzo de la singladura. El análisis de ese material requerirá dos o tres años, o más. Una serie completa de muestras ha sido ultracongelada a -80ºC y depositada en una cápsula del tiempo. Esta permanecerá cerrada hasta dentro de 30 años cuando los futuros científicos podrán estudiarlas a la luz de los conocimientos y las tecnologías del momento.
Pero no habrá que esperar para todo. Los científicos de Malaspina ya han extraído algunas conclusiones de la expedición. Una de ellas es la disminución de oxígeno en las aguas ecuatoriales, con el consiguiente perjuicio para todos los organismos marinos que respiran.
Radiación ultravioleta
Otro dato reportado ha sido que, debido a la disminución de la capa de ozono, la radiación ultravioleta penetra en los mares a mucha más profundidad de lo que se creía. Llega hasta casi 70 metros, lo que dificulta la producción de fitoplancton, las microalgas que secuestran al CO2 en los abismos oceánicos.
Y otro más, este esperanzador: el Hespérides ha hallado algas unicelulares «vivas y viables» a 4.000 metros, donde se pensaba que eso era imposible. A juicio de Carlos Duarte, jefe científico de la Expedición Malaspina,esto significa que viajan desde su hábitat natural en las zonas iluminadas de la superficie hasta las oscuras profundidades con mucha más rapidez de lo que se suponía. Y de ahí deduce que la bomba biológica del océano (su función de sumidero de CO2) es asimismo más rápida y efectiva de lo que la ciencia imaginaba.
Áreas de conocimiento
La oceanografía física, la biogeoquímica, la óptica oceánica o los procesos microbianos son algunas de las áreas de conocimiento que esta expedición ha buscado dar respuesta. El centro tecnológico experto en investigación marina y alimentaria AZTI-Tecnalia se encarga del bloque temático “Distribución y papel del Zooplancton en el Océano Global“. El objetivo de este bloque temático es evaluar la diversidad y la eficiencia de la transferencia de energía de la comunidad de zooplancton del océano a escala global. Esta evaluación permitirá establecer el papel del zooplancton en el control de la comunidad de fitoplancton y, por tanto, el destino de la producción primaria a escala global, comprobando su variación entre zonas productivas y zonas muy poco productivas del océano. El bloque también evaluará los procesos que gobiernan la diversidad y estructura de la comunidad de zooplancton.
Fuente: Luis Muair. El periódico