El buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español, llegó el 17 de marzo a Santo Domingo completando la mitad de una campaña oceanográfica integrada en la expedición de circunnavegación Malaspina. Este proyecto interdisciplinar liderado por el CSIC tiene como objetivo evaluar el impacto del cambio global en el océano y estudiar su biodiversidad. Tras casi dos meses de travesía, ha descubierto que la capa más profunda de la zona del Atlántico analizada –el paralelo 24º Norte –, situada a más de 5.000 metros, se ha calentado en los últimos cincuenta años.
El buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español, llegó el 17 de marzo a Santo Domingo completando la mitad de una campaña oceanográfica integrada en la expedición de circunnavegación Malaspina. Este proyecto interdisciplinar liderado por el CSIC tiene como objetivo evaluar el impacto del cambio global en el océano y estudiar su biodiversidad. Tras casi dos meses de travesía, ha descubierto que la capa más profunda de la zona del Atlántico analizada –el paralelo 24º Norte –, situada a más de 5.000 metros, se ha calentado en los últimos cincuenta años.
Asimismo, los investigadores han analizado que la temperatura del océano en esta región ha aumentado en la cuenca este, mientras que en la cuenca oeste ha disminuido desde 1957, año de la primera expedición internacional en esta zona. Según los expertos, se trata de un comportamiento “anómalo” y está siendo analizado en estos momentos.
La campaña ha supuesto la recolección de muestras hasta una profundidad de 6.929 metros durante su navegación sobre la dorsal medioatlántica, lo que los científicos consideran “todo un récord” para este buque. Además, aseguran que es la campaña en la que se han obtenido los datos con mayor resolución en esta zona del Atlántico.
El equipo de investigadores ha recorrido el paralelo 24º Norte y ha medido la temperatura, la salinidad, el oxígeno, la alcalinidad y el PH del océano, entre otros parámetros. Esta latitud se ha escogido porque el flujo de calor que transporta el océano Atlántico hacia el norte es máximo y, además, cualquier variación en el transporte de calor tiene consecuencias muy importantes en el clima del continente europeo, según apunta el CSIC.
Los trabajos también han implicado el lanzamiento de dos boyas SMOS diseñadas para medir la salinidad a 50 centímetros de la superficie, que servirán para completar la información del satélite de la Agencia Espacial Europea del mismo nombre. Igualmente, han lanzado 20 boyas que contribuirán a los estudios de salinidad y temperatura del Global Drifter Program de la agencia estadounidense NOAA.
Fuente: CSIC