¿Es posible que el pescado en la dieta de las mujeres embarazadas contribuya a la capacidad intelectual futura de sus bebés? Los descubrimientos realizados por un estudio publicado en American Journal of Clinical Nutrition indican que los hijos de mujeres que han consumido más pescado durante el embarazo producían mejores resultados en pruebas de inteligencia verbal, habilidades motoras complejas y comportamientos proclives a la socialización.
Los resultados proceden del proyecto Nutrimenthe (Efecto de la dieta en la capacidad intelectual de los niños), financiado con 5,9 millones de euros mediante el tema Alimentos, agricultura y pesca, y biotecnología (KBBE) del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea.
Los pescados grasos son la fuente más importante de ácido graso omega-3 de cadena larga como el ácido docosahexaenoico (DHA), un componente estructural clave de las células y sobre todo de la membrana de las células encefálicas. La Comisión Europea respalda las afirmaciones de que el DHA “puede contribuir al desarrollo normal del cerebro y al desarrollo normal de los ojos del feto y del lactante alimentado con leche materna”.
En el estudio Nutrimenthe los investigadores investigaron la manera en la que el pescado influye en dicho efecto y en la variación genética de la capacidad intelectual. Gracias al análisis de muestras de sangre de más de 2.000 mujeres en su vigésima semana de embarazo y del cordón umbilical tras el nacimiento, los investigadores descubrieron que “la contribución del feto a la síntesis de ácidos grasos omega-3 es mayor de lo que se creía y los niveles de DHA dependen de los metabolismos de la madre y el hijo. El DHA aportado por la madre puede ser muy importante.”
En un estudio anterior se descubrió que el consumo de pescado durante la gestación está relacionado con el coeficiente intelectual verbal a los ocho años, pero no se averiguó qué componente del pescado influía en este efecto. El estudio identificó que el consumo de pescado está relacionado con la concentración materna de DHA pero no se logró obtener la información que determinase si la concentración de DHA materna tiene una influencia directa en los niños. El proyecto Nutrimenthe, ahondará en este aspecto antes de que llegue a su fin en 2013.