El CTD es uno de los equipos más utilizados en oceanografía. Sus siglas Conductivity (conductividad, que es una aproximación a la salinidad), Temperature (temperatura) y Depth (profundidad) corresponden a tres de los parámetros que describen las propiedades físicas más importantes del agua.
El CTD es uno de los equipos más utilizados en oceanografía. Sus siglas Conductivity (conductividad, que es una aproximación a la salinidad), Temperature (temperatura) y Depth (profundidad) corresponden a tres de los parámetros que describen las propiedades físicas más importantes del agua.
El CTD consta de un cilindro metálico capaz de soportar altas presiones y que aloja en su interior los componentes electrónicos. Los sensores van alojados en la carcasa del CTD. Los CTDs modernos, además de los sensores de temperatura, conductividad y profundidad, pueden disponer también de sensores de fluorometría, pH, oxígeno disuelto, OPC (contador de partículas ópticas), PAR (sensor de luz visible), transmisómetro (turbidez del agua), etc.
La característica del CTD es que se sumerge en el agua desde el barco y registra datos de manera continua, con una frecuencia de hasta 24 Hz, es decir, que cada parámetro puede ser medido hasta 24 veces por segundo. Almacena esta información en su memoria para ser descargada posteriormente. En algunos casos, el CTD puede estar conectado mediante un cable a un ordenador a bordo, de forma que los científicos están recibiendo los datos al momento.
Normalmente, el muestreo por CTD se complementa con otros análisis o muestreos de tipo tanto físico, como químico y biológico (botellas Niskin, muestreo con redes, etc.), de forma que toda la información contribuye a comprender los procesos biológicos y ecológicos del ecosistema marino.