Los túnidos o atunes son un grupo de especies marinas que comparten dos características principales: por un lado, su modo de vida pelágico, es decir, que se mueven continuamente por el océano y, por otro, las adaptaciones fisiológicas especiales de sus músculos, que les permiten recorrer largas distancias en poco tiempo. Desde el punto de vista nutricional los atunes se encuadran en lo que se denomina “pescado azul”.
Ver paneles de Biologia de la exposición (2.89 MB)
NÓMADAS DE LOS OCÉANOS
Grandes, rápidos, poderosos, fuertes, luchadores, “nómadas de los océanos”… son algunos de los adjetivos que describen a los túnidos. El término atún proviene de Thunnus, nombre en latín que deriva a su vez del verbo griego “thynno”, cuyo significado es “lanzarse”. Cualquiera que hay tratado de capturar uno de estos peces es capaz de entender el porqué de este nombre.
¿Qué tipo de peces son los atunes?
Las especies que más frecuentan las costas vascas son el bonito o atún blanco (Thunnus alalunga) y el cimarrón o atún rojo (Thunnus thynnus). Su forma fusiforme y su piel lisa y resbaladiza, les proporciona una hidrodinámica excelente que, junto a su poder natatorio, les confiere la capacidad de realizar largas migraciones oceánicas. Como es un animal pelágico-oceánico viaja grandes distancias durante sus migraciones, que duran hasta 60 días.
Thunnus alalunga: Bonito o atún blanco Talla máxima: 130 cm, normalmente hasta 100 cm |
Thunnus thynnus: cimarrón o atún rojo Talla máxima: 450 cm, normalmente 200 cm |
¿POR DÓNDE SE MUEVEN?
Las especies que más frecuentan nuestras costas son el bonito (Thunnus alalunga) y el cimarrón (Thunnus thynnus). Estas dos especies están ampliamente distribuidas en el Atlántico Norte, desde las costas americanas a las costas europeas, y desde latitudes tropicales a latitudes templadas. También se encuentran en el Mediterráneo. Esta distribución explica las múltiples y diversas pesquerías que se han desarrollado sobre sus poblaciones.
Entre dos aguas
Los atunes son peces pelágicos migradores que nadan en bancos cerca de la superficie. De hecho, el término “pelágico” se aplica al conjunto de organismos desligados del fondo marino, que viven continuamente nadando entre dos aguas.
Los juveniles de bonito (Thunnus alalunga) del nordeste Atlántico pasan el invierno en aguas cercanas a las islas Azores. Cuando a finales de la primavera (hacia principios de junio) las aguas empiezan a calentarse, comienzan una migración hacia el noreste siguiendo las aguas con temperaturas entre 16 y 20 ºC. Hacia principios de julio se han detectado dos rutas migratorias diferenciadas: una va por aguas oceánicas hasta el suroeste de Irlanda y la segunda entra al interior del golfo de Bizkaia. Cuando la temperatura empieza a bajar al final del verano (septiembre) estos juveniles retornan hacia sus lugares de hibernado en aguas al suroeste.
ESPIANDO SUS MOVIMIENTOS
El marcado de atunes es una actividad determinante de cara a conocer las migraciones y parámetros biológicos de estas especies, lo cual incide en un mejor conocimiento de la dinámica de las poblaciones, sentando las bases para una mejor gestión de los stocks de túnidos.
Los experimentos de marcado se llevan a cabo mediante la captura de los ejemplares, tratando de que el animal sufra el menor stress posible. Se coloca una marca en el cuerpo y finalmente se libera el ejemplar. Transcurrido un tiempo, que puede alcanzar varios años, puede ser recapturado (principalmente por flotas de pesca comerciales) suministrando así información muy relevante sobre migraciones, mortalidad, crecimiento, etc.
También existen marcas electrónicas capaces de almacenar datos de parámetros oceánicos, que una vez recuperadas, ofrecen información muy interesante sobre las profundidades que visita el pez, o las características físicas de las masas de agua que frecuenta. Todo ello contribuye al estudio del comportamiento durante las migraciones, al facilitar la asociación de factores como la reproducción o la alimentación a las características ambientales.