La refrigeración y conservación del pescado en buques pesqueros supone un importante coste energético que eleva el precio final del producto. Reducir este gasto resulta esencial para mejorar la competitividad del sector. Una nueva iniciativa pretende disminuir en al menos un 20 por ciento este coste energético mediante la tecnología de absorción, al aprovechar el calor de los gases de escape de los barcos para producir frío.
La refrigeración y conservación del pescado en buques pesqueros supone un importante coste energético que eleva el precio final del producto. Reducir este gasto resulta esencial para mejorar la competitividad del sector. La compañía Tecnalia, junto con AZTI-Tecnalia lidera el proyecto Itsasost, una iniciativa que pretende disminuir en al menos un 20 por ciento este coste energético mediante la tecnología de absorción, al aprovechar el calor de los gases de escape de los barcos para producir frío.
«El sector pesquero consume una importante cantidad de energía para refrigerar el pescado. Según dónde se faene, la distancia y el tiempo que se esté en el mar, hasta la mitad de los costes energéticos de un buque pesquero puede deberse a la conservación y refrigeración del pescado capturado. Nuestro proyecto pretende reducir este gasto», explica Sergio Saiz, gerente de Seguridad y Energía Térmica de la Corporación Tecnológica Tecnalia.
«Con esta técnica de absorción -prosigue-, se comprime el gas a través de reacciones termoquímicas que permiten producir frío por debajo de los 0 ºC. Y al cambiar el nivel de presión sin necesidad de un compresor se consume menos energía que con las instalaciones de frío para barcos tradicionales».
Ahora bien, «el sistema, según reconoce Saiz, ocupa más espacio que las tecnologías actuales. En concreto, más del doble». Un detalle importante, puesto que cuando un buque sale a faenar el espacio resulta vital.
Amortización
Y su coste es también superior al de los tradicionales: «unos 1.000 euros por kilovatio, frente a los 350 o 500 euros de los sistemas de refrigeración tradicionales», añade Saiz. Ahora bien, la inversión inicial se amortiza pronto al reducir el coste energético de las instalaciones frigoríficas.
«Pretendemos que los buques pesqueros amorticen el coste de este nuevo sistema de refrigeración en menos de cinco años. Aunque el tiempo de amortización depende del período de tiempo que faene el buque». En cualquier caso, transcurrido ese tiempo, los buques pesqueros serán previsiblemente más competitivos al tener que gastar un 20 por ciento menos de energía en enfriar el pescado, hacer el hielo necesario para su conservación o incluso en su congelación.
El proyecto Itsasost cuenta con 452.700 euros de presupuesto y tiene un año y medio de duración. En este momento van a evaluar el sistema en Santurce (Bizkaia) y en un futuro próximo se probará en barcos.
Fuente: La Razón