En el invierno de 2009-2010 se han producido varias olas de frío de importancia en Europa, Asia y América, así como otros fenómenos destacables como la sucesión continua de depresiones muy profundas procedentes del Atlántico, que estos días están generando temporales muy fuertes de lluvia y viento en Europa occidental y el noreste del Atlántico. Estos fenómenos persistentes e intensos forman parte de la variabilidad natural del clima y responden a patrones cuasi-oscilantes de la circulación global, con poca frecuencia de ocurrencia (decadales o incluso multidecadales).
23 de febrero de 2010. En el invierno de 2009-2010 se han producido varias olas de frío de importancia en Europa, Asia y América, así como otros fenómenos destacables como la sucesión continua de depresiones muy profundas procedentes del Atlántico, que estos días están generando temporales muy fuertes de lluvia y viento en Europa occidental y el noreste del Atlántico. Estos fenómenos persistentes e intensos forman parte de la variabilidad natural del clima y responden a patrones cuasi-oscilantes de la circulación global, con poca frecuencia de ocurrencia (decadales o incluso multidecadales).
La circulación global se asemeja a una red de borrascas y anticiclones totalmente conectados entre sí, aunque esa conexión es muy compleja y caótica. Sin embargo, según el Investigador del área de Dinámica Marina y Oceanografía Operacional de AZTI-Tecnalia Roberto Moncho, “es posible medir esas conexiones mediante unos parámetros (índices de teleconexión), en los que normalmente se compara la temperatura y la presión de puntos lejanos entre sí (pocos miles de km) para relacionarlo estadísticamente con el tiempo de otra parte muy lejana”. Como ejemplo, afirma, están la Oscilación del Niño (ENSO), la Oscilación del Norte del Atlántico (NAO) y la Oscilación del Ártico (AO).
Este invierno, en particular, ha sido el escenario de una invasión cálida en el Ártico, provocando un importante desalojo de frío hacia latitudes más bajas (AO y NAO negativas). De hecho, en diciembre y enero, la masa polar se situó numerosas veces sobre Eurasia y Norteamérica provocando importantes olas de frío, mientras que ahora, en febrero, la masa polar se ha situado de forma persistente sobre el norte del Atlántico, a latitudes relativamente muy bajas. ¿Qué significa eso? En las proximidades de las Islas Canarias suele llegar una masa muy húmeda y cálida de origen tropical (del golfo de México). Esa masa de aire cálido se comporta como un chorro, similar al chorro de viento que se forma en la masa de aire polar. Pues bien, debido a la baja latitud de la masa de aire polar, esos dos chorros interaccionan entre sí generando depresiones muy profundas, como las que nos afectan esta semana.