Desde los primeros momentos de su vida, las tortugas bobas (Caretta caretta) recién eclosionadas se enfrentan a una ardua tarea. Deben embarcarse en una migración transoceánica, nadando desde la costa de Florida hasta el Átlántico nordeste y luego en el curso de varios años volver de nuevo a las costas norteamericanas. Ahora, los investigadores han descubierto cómo encuentran el camino las jóvenes tortugas.
Desde los primeros momentos de su vida, las tortugas bobas (Caretta caretta) recién eclosionadas se enfrentan a una ardua tarea. Deben embarcarse en una migración transoceánica, nadando desde la costa de Florida hasta el Átlántico nordeste y luego, en el curso de varios años, volver de nuevo a las costas norteamericanas. Ahora, los investigadores han descubierto cómo encuentran el camino las jóvenes tortugas.
“Uno de los grandes misterios del comportamiento animal es cómo los animales migradores pueden navegar y orientarse en mar abierto, donde no hay referencias visuales” dice Kenneth Lohmann de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
La parte más difícil de la orientación en mar abierto es determinar la longitud, es decir, la posición este-oeste. A los humanos les costó siglos descubrir cómo hacerlo en los viajes a larga distancia. Este estudio, por vez primera, muestra cómo lo hace un animal. Parece ser que las tortugas captan señales magnéticas que fluctúan a lo largo de la superficie de la Tierra para determinar su posición en el espacio, tanto este-oeste como norte-sur y se colocan en la posición adecuada. Aunque se sabía que algunas especies, incluyendo las tortugas marinas, usaban señales magnéticas para detectar la latitud, este descubrimiento ha sido una sorpresa porque se consideraba que estas señales magnéticas no eran muy prometedoras para detectar la longitud.
La parte más difícil de la orientación en mar abierto es determinar la longitud, es decir, la posición este-oeste. A los humanos les costó siglos descubrir cómo hacerlo en los viajes a larga distancia. Este estudio, por vez primera, muestra cómo lo hace un animal. Parece ser que las tortugas captan señales magnéticas que fluctúan a lo largo de la superficie de la Tierra para determinar su posición en el espacio, tanto este-oeste como norte-sur y se colocan en la posición adecuada. Aunque se sabía que algunas especies, incluyendo las tortugas marinas, usaban señales magnéticas para detectar la latitud, este descubrimiento ha sido una sorpresa porque se consideraba que estas señales magnéticas no eran muy prometedoras para detectar la longitud.
El secreto de la tortuga boba es que no usa solamente una característica del campo magnético sino una combinación de dos: el ángulo en el que las líneas del campo magnético atraviesan la Tierra (parámetro denominado inclinación) y la fuerza del campo magnético. Cerca del Ecuador, las líneas magnéticas son casi paralelas a la superficie de la Tierra. Según uno va viajando hacia el norte desde el Ecuador, las líneas se van haciendo progresivamente más inclinadas hasta que se alcanzan los polos, donde se dirigen directamente hacia el interior de la Tierra.
El campo magnético también varía en intensidad, siendo generalmente más fuerte cerca de los Polos y más débil en el Ecuador. Ambos parámetros parecen fluctuar más de norte a sur que de este a oeste, lo cual llevó a los investigadores a concluir que el campo magnético es útil sólo para obtener información latitudinal.
Un animal capaz de detectar solo inclinación o solo intensidad lo tendría difícil para determinar la longitud, pero la tortuga boba detecta ambos parámetros magnéticos. Estos significa que saben extraer más información del campo magnético terrestre de lo que parecía inicialmente.
Lo que había sido obviado anteriormente es que la inclinación y la intensidad varían en direcciones ligeramente diferentes a través de la Tierra. Como resultado de esa diferencia, ciertas regiones oceánicas en particular tienen distintas características magnéticas, que consisten en una combinación única de inclinación e intensidad.
Los investigadores realizaron este descubrimiento sometiendo a las pequeñas tortugas a campos magnéticos que simulaban los que se podrían encontrar en dos lugares a lo largo de su ruta migratoria pero en extremos opuestos del océano Atlántico. Cada uno de estos lugares se encontraba a la misma latitud pero diferente longitud. Se colocó a las tortugas en un recipiente circular lleno de agua y rodeado por un sistema computerizado para controlar el campo magnético y atado a una unidad de seguimiento electrónico que revelaba la dirección en que nadaban.
Las tortugas expuestas a un campo como el existente en el lado oeste del Atlántico cerca de Puerto Rico nadaron hacia el nordeste. Las expuestas a un campo como el que hay cerca de Cabo Verde nadaron hacia el sudoeste. Estos descubrimientos pueden tener importantes consecuencias para las tortugas: este trabajo no sólo resuelve un misterio del comportamiento animal sino que puede ser importante para la conservación de las tortugas marinas. El comprender las tácticas sensoriales que emplean para guiarse en sus migraciones es una parte importante de la salvaguarda del medio ambiente. El hallazgo también puede llevar a nuevos enfoques en el desarrollo de tecnologías de navegación, añaden los investigadores.
(Fuente: ScienceDaily)