Los días 9 y 10 de noviembre (de 2010) se produjo el primer temporal importante del invierno. En mar abierto las olas de mayor tamaño alcanzaron los 15 m de altura con períodos asociados de más de 16 s, y desde un punto de vista estadístico se produjeron episodios de oleaje con más de 9 metros de altura significante, períodos de pico de 17 s. y periodos medios del orden de 10 s.
Estos temporales producen en zonas portuarias lo que se conoce como oscilaciones de onda larga, que simplificadamente son ondas producidas por el oleaje que entra en los puertos. Estas oscilaciones, de mayor período que el oleaje, son la respuesta de la masa de agua contenida en el puerto a la energía del oleaje que entra por la bocana, organizada en grupos de mayor y menor energía. Las ondas largas se superponen al efecto de la marea astronómica, a la marea meteorológica (el paso de las borrascas causa un aumento del nivel del mar al disminuir la presión atmosférica), y con intensas lluvias que incrementan el caudal de los ríos.
La situación de la semana pasada originó daños en numerosos puntos de la costa vasca e inundaciones en determinadas zonas. La onda larga, en numerosas ocasiones, ha causado serias averías en las embarcaciones amarradas e instalaciones portuarias en zonas supuestamente bien abrigadas.
Para efectuar un seguimiento del temporal en el interior de la bahía de Pasaia se fondeó un equipo que midió cuatro veces por segundo el nivel del mar en la dársena de la Herrera desde las 11:00 h del día 9 de noviembre hasta las 12:00 h del 10 de noviembre, obteniéndose algo más de 340.000 datos.
Figura 1. En la imagen superior se muestra la evolución de la superficie del mar en la dársena de Pasaia (cotas respecto al 0 del puerto). La línea azul son las medidas instantáneas de la cota de la superficie del mar (4 datos por segundo), la línea roja corresponde al nivel del marea (incluye la parte astronómica y la meteorológica) y la línea verde es la contribución de la marea astronómica. En la imagen inferior se muestra la parte correspondiente a la oscilación de onda larga.
En la imagen superior Figura 1 pueden verse las medidas del equipo (línea de color azul), el nivel del mar (línea de color rojo) y la parte de marea astronómica en la variación del nivel del mar. Una evaluación rápida de los datos permite estimar el residuo meteorológico, la diferencia entre el nivel del mar y la parte astronómica de la marea, en unos 40 cm de sobrelevación, aproximadamente. Sobre esas ondas se puede observar una oscilación de onda larga, que alcanzó una amplitud máxima de 1,9 m. Observando el detalle de la oscilación en las horas posteriores a la pleamar de la tarde del día 9, Figura 2, puede verse que la onda larga no es una oscilación simple, intuyéndose que está compuesta de varias ondas. El análisis espectral de la señal muestra diferentes picos (Figura 3) de energía situados en torno a frecuencias de 0.0033 s-1 (300 segundos de período), 0.004 s-1 (250 segundos) y 0.005 s-1 (200 segundos).
Figura 2. Detalle del residuo de onda larga durante las horas siguientes a la pleamar de la tarde del 9 de noviembre de 2010.
Figura 3. Densidad espectral de energía de la señal de onda larga.
Autores: Manuel González, Pedro Liria, Luis Cuesta, Luis Ferrer.