Entre 400 y 4000 kg de basura por kilómetro lineal llegan a parar a las costas Europeas cada año. Estos residuos incluyen todo tipo de material sólido, persistente, fabricado o procesado que es descartado, desechado o abandonado directa o indirectamente en un ambiente marino o costero. El problema que presenta la basura marina se asemeja a la de un iceberg: sólo el 15% que entra en el mar llega a las playas. Mientras, un 15% se queda flotando en la superficie y un 70% atrapada en el fondo. Así la sociedad no es consciente del mar de plásticos y desechos que está siendo acumulado, como un agujero negro, en nuestros mares y océanos. En esta línea, no se puede obviar la existencia de una sopa de basura tóxica situada en el corazón del océano Pacífico norte con una dimensión muy superior al territorio español.
La basura marina está regularizada y la tendencia actual es la de aumentar su control. Como ejemplo, la Directiva Marco 2008/56/CE sobre la Estrategia Marina Europea tiene por objeto alcanzar el buen estado medioambiental de todas las aguas marinas antes de que finalice el año 2020, y uno de los criterios utilizados para detectar este buen estado son precisamente las basuras. En la marina mercante, el “Convenio para prevenir la contaminación por los buques” (MARPOL 73/78) prohíbe a estos desechar cualquier residuo sólido al mar. A pesar de la regulación, las basuras siguen llegando al mar.
Se han realizado diversos proyectos con aras a responder las exigencias europeas. Aunque la mayoría de las iniciativas está enfocada a las basuras en playas, existen también experiencias sobre recogida de basuras en el mar. Una de ellas es el proyecto LIMBO que, además de estudiar la viabilidad de la recogida de basuras marinas en el mar, ofrece una solución a los buques de bajura artesanales para que diversifiquen su actividad de pesca dedicándose a la recogida de basura en época de actividad económica reducida.
Proyecto LIMBO
En el proyecto LIMBO (2012-2013) se estudió la viabilidad técnica, ambiental y económica de la posible reconversión y habilitación de un buque pesquero para la recogida de basuras en el mar en determinadas épocas del año. Los aspectos estudiados vienen reflejados en la Figura 1.
Figura 1. Aspectos estudiados en el proyecto LIMBO
En el estudio de viabilidad técnica se determinaron: el tipo de buque y adaptación necesaria, el consumo energético del buque seleccionado, el diseño de los útiles de recogida, las herramientas de vigilancia y teledetección de basuras flotantes utilizadas hasta la fecha, y los patrones de corrientes superficiales y posibles puntos de convergencia para ver si la reconversión podría ser factible.
Se eligió como buque tipo uno correspondiente al segmento de flota artesanal de Artes Menores, caracterizado por sus pequeñas dimensiones (con una media de 14,5 m de eslora total) y por tener también disponibilidad de espacio en cubierta para la recogida y almacenamiento de basuras, reducido consumo de gasoil, tripulación necesaria, buena maniobrabilidad y operativa adaptable
¿Dónde está la basura?
La mayor dificultad a la hora de “pescar” basura es saber dónde encontrarla. En el marco del proyecto LIMBO se llevaron a cabo pruebas en buques que recogen basura marina en el Cantábrico durante los 3 meses estivales (de junio a setiembre). Las embarcaciones elegidas fueron Itsas Belarra, ubicado en San Juan de Luz (Francia), y el Esvat Diecinueve, en la bahía de Donostia – San Sebastián. En ellos se comprobaron diferentes tecnologías con el fin de estudiar su posible adaptación al buque tipo. Según los embarques realizados, cabe destacar como se pudo corroborar que la experiencia del patrón y tripulación hace que la búsqueda y recogida sea más eficiente y que los patrones de dispersión y acumulación de las basuras sean más predecibles. La Figura 3 muestra la ruta realizada por el buque Itsas Belarra durante un día de trabajo.
Además de la experiencia de la tripulación, los modelos de patrones de corrientes superficiales y puntos de convergencia han demostrado ser útiles para la detección temprana de posible localización de basuras marinas. Con una planificación integrada la búsqueda de basura podría ser eficiente energéticamente y económicamente hablando.
Mediante el sistema GESTOIL, desarrollado por AZTI Tecnalia, se llevaron a cabo pruebas de consumo de combustible para caracterizar el patrón de consumo de esta actividad y trasladarlo al buque objeto de estudio.
Figura 2. Ejemplo de trayecto y actividad de la recogida de basuras para el cálculo de consumo energético (Itsas-Belarra)
Cantidad de basura recogida
La mayoría de basuras encontradas fueron plásticos, aunque hubo una gran cantidad de maderas y troncos. Partiendo de la experiencia de los años anteriores se pueden llegar a recoger entre 14 y 17 t de residuos durante los 3 meses de actividad.
Figura 3. Recogida de basura (Itsas Belarra)
Impacto ambiental
Los residuos marinos provocan el deterioro ambiental del medio marino, influyen en la pesca fantasma y, en su vertiente menos conocida, la ingesta de micro-plásticos repercute directamente sobre la vida acuática.
La basura marina puede suponer también un riesgo para la navegación de las unidades marítimas. En un buque pesquero, puede provocar el enganche en la red o en la hélice y dificultar su actividad, provocando pérdidas económicas.
Para estudiar le efecto de la basura en el medio ambiente marino se diseñó un Análisis de Ciclo de Vida (ACV) de diferentes opciones de recogida, siendo estos: (1) la recogida de la basura y llevarlo a vertedero; (2) la recogida, clasificación y tratamiento selectivo; (3) no hay recogida. Para ello se realizó una caracterización detallada de los materiales habituales en las basuras marinas y estableció una metodología para su cuantificación y evaluación que culminó en una guía. Dicha guía está orientada a los usuarios del mar, como los avistadores de cetáceos, pescadores, y grupos diversos de protección del medio marino. Su objetivo es recabar información sobre la cantidad de basuras existente en el mar. La guía contiene un listado extenso de productos habituales encontrados como basura marina, incluyendo detalles sobre el material con el que fue fabricado, fotografía identificativa e información adicional.
¿Es económicamente viable la diversificación de actividad?
La temporada baja (en términos de ingreso) para los PESBO de menor eslora es febrero – abril y para los de mayor eslora abril – junio.
La subvención mínima para que los PESBO se animen a realizar la actividad de recolecta de basura dependerá de cuantos meses se dedique a ello. Para un mes de dedicación, la subvención mínima por buque deberá alcanzar 4.800 €; para dos meses 7.800 €; para tres 15.000 €; y para cuatro meses 19.000 €. En cuanto a los PESBOS de mayor eslora, las cantidades son las siguientes: un mes 7.000 euros, dos meses 11.000 €, tres meses de verano 31.000 €; y cuatro meses 35.800 €.
Para el coste de la reconversión y la subvención necesaria se han tenido en cuenta: (1) la inversión inicial; (2) gasto inicial de utensilios; (3) coste fijo y variables del buque (tripulación, combustible, costes fijos); y (4) el coste de la oportunidad (se trata de lo que deja de ganar en la pesca extractiva por dedicarse a la recogida de basura, incluyendo ingresos y costes variables).
Beneficios para la flota
La diversificación podría por tanto ser viable siempre y cuando haya un conjunto de ayuntamientos o diputación que estén dispuestos a destinar una parte del presupuesto destinado a la limpieza de playas a la prevención de la llegada de basuras marinas. Mediante este proyecto se ha demostrado que técnicamente es viable y que la actividad podría ser compatible con la pesca.
Autores: Oihane C. Basurko, Gorka Gabiña, Iñigo Krug (AZTI-Tecnalia). Publicado en Ruta Pesquera.