Un equipo científico ha desarrollado el primer modelo global de rutas de especies marinas invasoras, que podría ayudar a “pronosticar” la probabilidad de sufrir una invasión en un lugar determinado. Para eso, los investigadores examinaron los movimientos de los barcos de transporte de mercancías en todo el mundo e identificaron los puntos donde más florecen los alienígenas acuáticos.
Las especies marinas viajan en el agua de los tanques de lastre que llevan los barcos de mercancías para ajustar su peso y mantener la estabilidad sobre el agua. En un destino nuevo esas especies pueden causar estragos y llevar a las especies autóctonas a su desaparición, según se publica en la revista especializada Ecology Letters.
Boom invasor
El gran auge en el transporte marítimo global de los últimos 20 años ha llevado a un aumento del número de especies marinas trasladadas de una zona a otra en aguas de lastre o pegadas a los cascos de las embarcaciones. Algunos puertos como el de San Francisco y el de la Bahía de Chesapeake, en Estados Unidos, han registrado la llegada de varias especies exóticas nuevas cada año, aunque los puntos de mayor riesgo son Singapur, Hong Kong y los canales de Suez y Panamá.
Además, hay cálculos que estiman un enorme impacto económico por causa de estos invasores marinos, cuyos efectos pueden durar décadas. Ahora, un equipo de especialistas británicos y alemanes ha desarrollado un modelo que podría ayudar a frenar el número de estas visitas no deseadas. Para ello analizaron los registros de casi tres millones de viajes entre 2007 y 2008.
“Nuestro modelo combina información sobre rutas, tamaños de los barcos, temperaturas y otros datos biogeográficos, para construir un modelo de pronóstico de probabilidades de invasión”, le dijo a la BBC el profesor Bernd Blasius, de la universidad alemana de Oldenburg.
Pese a que se trata de un modelo matemático, los investigadores pudieron ajustarlo mediante la observación de campo. “Hay una gama intermedia de distancias en las que sí puedes sobrevivir como un invasor potencial. Eres como el chico nuevo del barrio y puedes aumentar tu población muy rápidamente“ Así, lograron estimar la probabilidad de que las especies puedan sobrevivir a un viaje y establecer una población en un puerto de escala.
“Es una ruleta ecológica”, resumió el doctor Michael Gastner, de la Universidad de Bristol, en Inglaterra. “La probabilidad de ganar, desde la perspectiva del invasor, es realmente baja, pero como el número de intentos está creciendo por el aumento del número y el tamaño de los barcos, es como si jugaras tanto a la ruleta que al final, tarde o temprano, acabas siendo un ganador probable“, explicó.
Según el equipo, los climas más fríos, como los del Mar del Norte, tienen menos probabilidad de tener problemas, a no ser que los barcos vengan de aguas similares como las de la costa este de Estados Unidos. los investigadores concluyen también en su estudio que los viajes muy largos tienen menos probabilidades de causar daños.
“Es bastante improbable que un organismo sobreviva un viaje de 20.000 kilómetros, porque que el agua de lastre no es el ambiente más cómodo para vivir”, dijo el doctor Gastner. “Hay una gama intermedia de distancias en las que sí puedes sobrevivir como un invasor potencial. Eres como el chico nuevo del barrio y puedes aumentar tu población muy rápidamente”, añadió.
Presión económica
Aunque el crecimiento en el transporte de mercancías a través de los océanos implica que el riesgo de futuras invasiones es severo, los investigadores dicen que abordar el problema de las aguas de lastre puede ser una manera eficaz de mitigar el problema. Pero el doctor Gastner cree que la presión económica puede evitar que los dueños de los barcos tomen las medidas adecuadas. “No hay una solución única que pueda funcionar a escala global: los barcos tienen características de ingeniería distintas según su tamaño y toma demasiado tiempo filtrar el agua”. “En la industria del transporte marítimo pasar media hora extra en un puerto implica cargas económicas adicionales y eso es lo que están tratando de reducir al máximo”, dijo.
El caso de los mejillones cebra
Uno de los casos más conocidos de especies invasoras es el de los mejillones cebra. Llegaron a la región de los Grandes Lagos, en Estados Unidos, en 1988, en un barco procedente del Mar Negro. Los invasores causaron problemas económicos graves al multiplicarse rápidamente y atascar tuberías. Llegaron incluso a cortar totalmente el suministro de agua a una ciudad.