Han pasado 35 años desde que se iniciara el Plan Integral de Saneamiento del Bilbao Metropolitano. El resultado: la transformación de la imagen de la Ría hacia un nuevo espacio vertebrador de la Villa y su entorno. Quién no se ha sorprendido, tras años sin pisar Bilbao, de la increíble transformación del pequeño “bocho”.
Dentro de ese largo y complejo proceso, que ha conducido a la recuperación ambiental del estuario y del resto de cauces de Bizkaia, ha tenido un papel determinante la propia industria, que desde 1987, ha invertido 118,8 millones de euros –actualizado a 2014– para eliminar vertidos e instalar pre-tratamientos, a fin de poder verter a las redes de saneamiento en condiciones óptimas, cumpliendo las exigencias que establece la Ordenanza de Saneamiento y Depuración.
Y es que, a mediados del siglo XIX, el entorno de la Ría inició un fuerte proceso de industrialización basado, principalmente, en la explotación y exportación del mineral de hierro y de la industria siderúrgica. De ser un pequeño puerto, el estuario se convirtió en uno de los principales focos industriales y comerciales de Europa. Sus márgenes se poblaron de fábricas e infraestructuras portuarias. Entre 1900 y 1975 la población se cuadruplicó. El crecimiento urbano desordenado y la falta de conciencia medioambiental propiciaron el vertido de las aguas residuales –domésticas e industriales– directamente en el estuario, sin ningún tipo de tratamiento previo.
La Ría recibía diariamente 900 toneladas de residuos sólidos procedentes, principalmente, de las explotaciones mineras, 400 toneladas de vertidos ácidos, 80 toneladas de metales, además de compuestos cianurados o compuestos nitrogenados; en definitiva, casi 2.000 toneladas diarias de residuos que la convirtieron en una cloaca sin oxígeno. El desplazamiento de la actividad portuaria del interior al Abra exterior, la transformación del tejido industrial, y sobre todo, la implicación y compromiso ambiental de la industria han sido determinantes en el éxito del plan.
En este contexto, el Consorcio de Aguas, desde el comienzo del Plan Integral de Saneamiento, tuvo claro que se debían depurar conjuntamente las aguas de las industrias y de los hogares, sin que las primeras afectaran a las instalaciones de saneamiento. En la actualidad, los vertidos industriales que tratan algunas depuradoras, representan un porcentaje importante del caudal tratado, siendo próximo al 30% en el caso de Arriandi (Iurreta) y al 6% en la EDAR de Galindo (Sestao).
Es por esto que el seguimiento y control de los vertidos es fundamental, no sólo para proteger la propia red de saneamiento y evitar la incorporación de sustancias peligrosas, sino sobre todo, para seguir mejorando la calidad del proceso de depuración, con unas aguas que retornan al medio ambiente cumpliendo la legislación más exigente.
En el ámbito que gestiona el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia existen del orden de 8.300 actividades industriales en polígonos, de las cuales 206 tienen permiso C, esto es, se considera que generan vertidos industriales que requieren de una pre-depuración y, en consecuencia, un especial seguimiento. Así, se llevan a cabo controles aleatorios y sin previo aviso. En 2014 se realizaron del orden de un millar de inspecciones a industrias y se tomaron 769 muestras, en las que se analizaron casi 13.000 parámetros y contaminantes. El grado de incumplimiento se situó en el 2,1% del total.
Aunque existe margen de mejora, es una cifra baja que puede enmarcarse dentro de la colaboración y trabajo permanente entre el Consorcio de Aguas y las empresas de Bizkaia, en aras de asegurar el cuidado del medioambiente y la sostenibilidad. En este sentido, desde la entidad se ha constatado el incremento en los últimos años, entre las principales industrias, de sistemas de gestión ambiental.
Además, los técnicos del Área de Vertidos, que visitan y controlan las empresas, llevan a cabo una importante labor de asesoramiento, siguiendo la línea iniciada por la entidad, que en los comienzos del Plan Integral de Saneamiento sufragó numerosos estudios de vertidos industriales y asistió a nivel técnico en el diseño los sistemas de depuración más idóneos para cada caso. El resultado son 412 proyectos puestos en marcha a lo largo de este tiempo por las empresas, fundamentalmente para eliminar vertidos y poner en marcha instalaciones de pretratamiento.
Nuevos retos para seguir mejorando
En la actualidad, desde el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia se trabaja en la implantación del telecontrol de vertidos para recibir, en los centros de control de las plantas de depuración datos en continuo de calidad y caudal de los principales vertidos industriales, lo que permitiría mejorar el proceso de depuración de las aguas ante posibles eventualidades.
La gestión del sistema de saneamiento debe ser compartida entre empresas y Consorcio de Aguas, en la medida en que la entidad da un servicio de depuración a las industrias y éstas se implican en el buen funcionamiento del mismo, considerando que sus pretratamientos son una pieza más del sistema de depuración de los vertidos. En esta línea, se han establecido acuerdos de colaboración con siete empresas de Durangaldea para minimizar los vertidos de metales a las redes de saneamiento.
Además, los técnicos del Área de Vertidos, que visitan y controlan las empresas, llevan a cabo una importante labor de asesoramiento, siguiendo la línea iniciada por la entidad, que en los comienzos del Plan Integral de Saneamiento sufragó numerosos estudios de vertidos industriales y asistió a nivel técnico en el diseño los sistemas de depuración más idóneos para cada caso. El resultado son 412 proyectos puestos en marcha a lo largo de este tiempo por las empresas, fundamentalmente para eliminar vertidos y poner en marcha instalaciones de pretratamiento.
En la actualidad, desde el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia se trabaja en la implantación del telecontrol de vertidos para recibir, en los centros de control de las plantas de depuración datos en continuo de calidad y caudal de los principales vertidos industriales, lo que permitiría mejorar el proceso de depuración de las aguas ante posibles eventualidades.
La gestión del sistema de saneamiento debe ser compartida entre empresas y Consorcio de Aguas, en la medida en que la entidad da un servicio de depuración a las industrias y éstas se implican en el buen funcionamiento del mismo, considerando que sus pretratamientos son una pieza más del sistema de depuración de los vertidos. En esta línea, se han establecido acuerdos de colaboración con siete empresas de Durangaldea para minimizar los vertidos de metales a las redes de saneamiento.